lunes, 15 de junio de 2015

Actitud Incorrecta: Capítulo 73

-¡Ahora! -instó.
Él la penetró.
Volvió a encontrar su boca y renovó el ritmo de las embestidas, para que cada parte de Paula fuera asaltada al mismo tiempo. Ella se elevó más para que pudiera penetrarla profundamente, y cuando la embistió hasta el fondo, levantó las piernas para rodearle la cintura.
Pedro la alzó en brazos y por un momento quedó suspendida, danzando en su pene. Él giró hasta que apoyó la espalda de Paula contra la pared.
-¡Ahora! -volvió a incitarlo.
-Espera.
Gimió y plantó una mano entre ambos; el dedo corazón encontró el clítoris y lo acarició. Paula se arqueó contra él y sintió que la tensión se descontrolaba.
También Pedro lo experimentó.
-¡Ahora!
Varias embestidas más y comenzó a temblar. Finalmente, la esencia de su virilidad salió, como un chorro poderoso que se perdió en Paula.
Apoyó la cabeza en el hombro de ella, que lo rodeó con los brazos y se aferró con fuerza a él a la vez que ambos temblaban.
Cuando el corazón se le tranquilizó, ella murmuró:
-Te amo, Pedro. Siempre te he amado...
Esperó hasta que Paula  estuvo profundamente dormida para de darle un beso en la frente, levantarse de la cama y llevar la ropa al cuarto de baño. Allí realizó una llamada rápida a Manuel Rodríguez  antes de vestirse.
Sabía que tendría que haber hecho eso en cuanto descubrió que Pepi  y Delfina eran la misma chica. Cuando Paula se enterara de que le había ocultado esa información, quizá nunca lo perdonara.
Con un último vistazo a la mujer que amaba, salió con sigilo del estudio. Regresaría antes de que despertara, y con algo de suerte, con todo lo que ella necesitaba para ser feliz.
La calle se hallaba casi vacía y esperó en la puerta. Cinco minutos más tarde, Manuel Rodríguez, su casero y el nuevo amor de Lucía, llegaba al rescate.
-Gracias por venir tan deprisa.
Manuel se bajó de la Harley y le entregó a Pedro el casco.
-Trae la moto de una pieza, ¿quieres?
-Mantén de una pieza a mi mujer durante mi ausencia y trato hecho.
-Me sentaré en estas escaleras y permaneceré vigilante hasta que vuelvas.
-Te debo una -repuso agradecido.

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