miércoles, 6 de febrero de 2019

Amor Complicado: Capítulo 34

Pedro se dejó caer en el sillón de cuero. La ira se le había evaporado y había ocupado su lugar una tristeza punzante. Su padre no lo había conocido tan bien como había creído. Lejos de romper su primera carta, la había llevado consigo desde el día en que la había recibido de manos del abogado. ¿Y si resultaba que ni siquiera había sabido cuánto lo quería? Lo cierto era que a ninguno de los dos se les había dado bien expresar sus sentimientos, y tampoco se habían prodigado en abrazos el uno con el otro. Y a pesar de que estaba enfadado por las decisiones… no, por los errores estúpidos que su padre había cometido, daría cualquier cosa por poder volver a verlo aunque solo fuera una vez más. Sin embargo ni la vida ni la muerte funcionaban así. Dobló la carta de nuevo y volvió a meter todas las cosas en el sobre. Su padre le daba en esa carta su permiso –quizá incluso podría decirse que lo animaba– para que dejase el Grupo Alfonso si era lo que quería. Podría empezar una nueva vida, incluso en otra ciudad. Le produjo vértigo pensar en las posibilidades ilimitadas que se abrían ante él, en los distintos rumbos que podría tomar su vida. Pero en ese momento lo único que quería era volver a ver la preciosa sonrisa de Paula.



–¡Paula! ¡Me prometiste que me lo contarías todo! –protestó Sofía exasperada.

Paula se alejó el teléfono de la oreja.

–Eso estoy intentando hacer. Además, el fin de semana aún no ha acabado. Estoy sentada en un patio con las vistas más increíbles de las Great Smoky Mountains que te puedas imaginar. La bruma de la mañana ya se había evaporado, dejando una vista cristalina de las laderas cubiertas de bosque y un cielo de un azul intenso como telón de fondo.

¿Cómo podría describirle a su amiga lo que había experimentado en los últimos dos días?

–No es más que un fin de semana romántico; en fin, ya sabes a qué me refiero –dijo queriendo quitarle importancia.

–¿Pero lo han hecho o no?

–No, hemos estado meditando juntos.

–¡Pau, para ya! De acuerdo, tal vez mi pregunta ha sido algo cruda. ¿Han dormido juntos?

–Sí, eso también lo hemos hecho. Pedro tiene el sueño muy profundo, y justo antes de despertarse hace un ruido adorable, como un ronroneo –contestó Paula, y una visión de su pecho subiendo y bajando acudió a su mente.

Esa mañana había estado observándolo casi una hora muy quieta, por temor a despertarlo y no poder seguir regalándose la vista. Cuando dormía tenía un aspecto vulnerable que lo hacía irresistible.

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