miércoles, 6 de febrero de 2019

Amor Complicado: Capítulo 33

Pedro soltó una palabrota entre dientes y arrojó la carta sobre la mesa. Era muy arrogante por parte de su padre dar por hecho que había obedecido ciegamente en todos los planes que habían trazado para él. Había superado sus estudios con éxito gracias a su esfuerzo y dedicación, y lo que había hecho lo había hecho porque había querido. Había conocido a muchos compañeros que habían contado con las mismas ventajas que él y habían abandonado a medio camino para perseguir otros sueños. Si hubiera querido habría podido irse a Jamaica y abrir una tienda de tablas de surf. Pero no lo había hecho porque había elegido vivir la vida que llevaba. Desde siempre su ambición había sido ponerse algún día al frente del Grupo Alfonso y hacer que siguiera creciendo y consolidándose. Y entonces, de repente, su padre le había hecho aquella jugarreta, poniéndole prácticamente en bandeja la compañía a Lucas Sosa, su hijo ilegítimo. Aunque le hervía la sangre de ira y de frustración, retomó la lectura de la carta.

"Lo que ha definido mi vida, hijo, es que amé a dos mujeres. En vida nunca reconocí al hijo que tuve con Alicia porque le dí demasiada importancia a mi estatus social. Quería que siguieran invitándome a esas fiestas a las que iba la gente importante, seguir siendo miembro del exclusivo club náutico al que pertenecía, continuar siendo un miembro influyente de la sociedad de Charleston".


Pedro resopló. Su padre siempre le había dado mucha importancia a lo que pensaban los demás. Más de lo que debería haberlo hecho un hombre que había llegado donde había llegado gracias a su esfuerzo. Probablemente se debía a que los Alfonso nunca habían estado en el escalón más alto de la sociedad de Charleston. La familia de su madre en cambio sí, y seguramente ese era el principal motivo por el que su padre se había casado con ella. No me siento orgulloso de algunas de las decisiones que he tomado. Durante muchos años he cargado con el sentimiento de culpa por no haberos hablado de Alicia ni de sus hijos. Con lo que he dispuesto en mi testamento pretendo reparar a Lucas por las cosas que hice mal. Por mi culpa creció marcado por ser el hijo de una madre soltera, y sin muchas de las ventajas de las que tú disfrutaste. Dándole la mayor parte de las acciones del Grupo Alfonso pretendo darle las oportunidades que se le negaron cuando era un muchacho. Soy consciente de que esto te puede parecer injusto, pero también estoy seguro de que comprenderás mis razones y de que eres lo bastante fuerte como para salir adelante y cosechar el éxito, ya sea en la compañía o fuera de ella. Si estás leyendo esta carta es porque estoy muerto, ya sea por causas naturales o no. La escribí porque necesitaba explicarme contigo cuando hubieras podido reflexionar un poco acerca de lo que se dispone en mi testamento. Y es que, conociéndote como te conozco, sospecho que rompiste mi primera carta y la echaste al fuego.



Te quiero, Pedro, y estoy orgulloso de tí.



Papá".

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