miércoles, 20 de febrero de 2019

Amor Complicado: Capítulo 56

No podía quitarse de la cabeza la ansiedad que había visto en sus ojos, y le dolía que se hubiese pasado la mayor parte del día en «reuniones» que no estaban en su agenda.  No habían hecho planes para después del trabajo; por eso estaba en casa con su amiga Sofía. ¿Sería aquel el final? Quizá iría mostrándose cada vez más y más distante y no volvería a besarla ni a invitarla a pasar el fin de semana en las montañas, y serían otra vez solo jefe y secretaria. Las manos se le pusieron frías solo de pensarlo. Claro que también podría ser peor. Tal vez decidiera mandarla lejos de él. Tal vez la enviase a trabajar a una de las oficinas que tenían en otro estado, o incluso a una de sus oficinas en el extranjero.

-No pongas esa cara de tragedia, mujer –dijo su amiga, dándole unas palmaditas en la mano–. No se ha muerto nadie.

–Excepto el padre de Pedro.

Sofía hizo una mueca.

–Lo olvidaba. Pobre Pedro, la verdad es que le están viniendo golpes por todos los lados. ¿La policía todavía cree que lo mató su madre?

–Eso parece; ni siquiera la dejan salir en libertad bajo fianza.

–Seguro que si pudieras ayudar de algún modo a que la exculpasen harías a Pedro el hombre más feliz del mundo.

–Ya me gustaría, pero por desgracia no sé quién puede ser el asesino –contestó Paula. No se había atrevido a decirle siquiera a su amiga que ella era la responsable de que la madre de Pedro estuviese arrestada–. En el registro de seguridad que tiene que firmar todo el mundo que entra al edificio falta la página de ese día.

–Debió llevársela consigo el asesino.

–Eso pienso yo –asintió Paula–. Da miedo pensar que alguien pueda matar a otra persona a sangre fría, ¿Verdad?

–Y lo curioso es que nadie sabe por qué lo mataron –apuntó Sofía.

–Sí, eso es lo más rato. Sé que Pedro sospecha del hijo ilegítimo de su padre, Lucas. Le ha dejado la mayor parte de las acciones de la compañía. Se mantiene alejado del resto de la familia, casi como si tuviera algo que ocultar.

–Suena a culpable.

–Pero me da la impresión de que Horacio Alfonso sabía que alguien iba detrás de él. Le escribió una carta a cada miembro de la familia para que les fueran entregadas en caso de que muriese. Y si hubiera sospechado de su hijo Lucas, ¿Por qué iba a dejarle casi la mitad de la compañía?

–¿Y si fue Pedro? –aventuró Sofía.

El brillo divertido que había en sus ojos evitó que Paula se molestase.

–Puede –respondió con humor. Luego se puso seria–. Y a lo mejor yo seré la siguiente persona a la que asesine para que no lo demande por acoso sexual –añadió con ironía–. Su hermano le advirtió de que podría hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario