miércoles, 10 de junio de 2015

Actitud Incorrecta: Capítulo 50

-De acuerdo, tienes razón -bebió otro trago de brandy-. ¿Qué diablos pasó en la calle? ¿No viste el bordillo? ¿Tropezaste?
-Nada de eso. Me empujaron. Maldijo en voz baja.
-Uno de esos chicos que había en la acera debió de tropezar contigo.
-No, no fue un tropiezo. Me empujaron. -Quieres decir... ¿adrede?
-Sentí unas manos en la espalda, Pedro. Sí, adrede. -¿Qué diablos? -musitó él. -Puedes repetirlo.
-¿Por qué algún chico querría hacerle daño a alguien que no conocía? -frunció el ceño y trató de recordar si había visto a alguien que pareciera sospechoso. No, había estado concentrado en ella.-A menos que estuviera colgado.
-Exacto. Probablemente, estaba colgado - convino.
Pero esa conclusión sencilla lo dejó incómodo, preguntándose si había otra explicación. Una conexión con el sujeto que los había seguido la noche anterior.
No quería creerlo, pero empezaba a sospechar que alguien podría ir también detrás de Paula.
Después de un segundo brandy, Paula sentía como si por dentro hubiera sido iluminada por una antorcha. Se hallaba relajada, casi feliz... salvo por los momentos en que Delfina pasaba por su mente.
-Y bien, Pedro, háblame de tí -pidió. Si lo mantenía hablando, no tendría que pensar durante un rato. Además, era justo, ya que le tocaba a él contarle cosas sobre sí mismo-. ¿Qué es lo que quieres de la vida?
-¿Te pones filosófica?
-No, más bien curiosa por conocer tu verdadero yo.
-Quiero lo mismo que todo el mundo... ser feliz.
-¿Lo eres?
-A veces.
Jugó con la copa de brandy y contempló el líquido ambarino.
-¿Cuándo?
-Cuando hago algo que le da sentido a mi vida.
-Como hacer tu documental sobre los jóvenes que se van de sus casas.
-Por ejemplo -convino.
Las últimas veinticuatro horas le habían abierto los ojos. Empezaba a comprender lo terrible que podía ser vivir en la calle, en especial para jóvenes que no estaban preparados para cuidar de sí mismos.
«Vida en las calles».
Podía verlo. Un artículo. Quizá en el Sunday Tribune Magazine. Necesitaba un ángulo personal. Aunque no su hermana. Jamás utilizaría a Delfina de esa manera. Pero, ¿qué podía tener de malo emplear las cosas que experimentaba?
Una narración en primera persona... mmm.
¿ Por dónde andas?

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