sábado, 13 de junio de 2015

Actitud Incorrecta: Capítulo 61

-Ya te he dicho que las luces estaban apagadas. Ni siquiera fui capaz de identificarlo.
-No creo que se tratara de un tipo corriente en busca de un robo fácil. Creo que iba detrás de tí.
-¿Por qué?
-Dímelo tú -la expresión de ella se endureció, pero mantuvo los labios cerrados-. De acuerdo, no me lo digas -estaba cansado de su lealtad equivocada-. Pero creo que es hora de poner todo el asunto en manos de las autoridades.
-¡No!
-Se ha vuelto demasiado peligroso.
-Si yo estoy en peligro, entonces piensa en Delfina. ¡No la abandonaré! Pero tú no tienes por qué hacerlo. Vete si quieres.
-No soy la víctima aquí -le recordó-. No sugería que iba a abandonarte. Pero ¿y si no podemos encontrar a tu hermana? -preguntó, incómodo con su propia ambivalencia.
En ese momento tenía una buena idea de dónde podría encontrar a Delfina, aunque no podía compartir esa información con Paula; los chicos de la calle confiaban en él porque era capaz de mantener un secreto.
-No digas eso. Anoche estuvimos a punto de encontrarla.
-Aquí estás jugando con la vida de tu hermana. Y con la tuya.
-¡No entiendo por qué! -movió la cabeza, en apariencia aturdida.
Pudo ver que era verdad. Sea lo que fuere lo que había estado reservando sobre el senador, no le parecía algo lo bastante importante como para que alguien fuera tras ellas.
«Quizá no lo sepa todo», especuló. Aunque quienquiera que la hubiera empujado delante del coche y atacado en el vestuario, creía lo contrario.
-Haremos un trato -dijo Pedro-. Seguiré buscando contigo. Esta noche iremos a esa fiesta clandestina. Pero si por entonces no encontramos a Delfina, iremos a ver a las autoridades.
Vio que algo en ella cedía.
-Si no la encontramos esta noche... entonces lo pensaré -convino.
Era todo lo que iba a sacarle. Qué lealtad tan increíble... sólo esperaba que a cambio obtuviera lo que necesitaba de su padre.
Mientras tanto, él necesitaba protegerla.
-¿Lista para realizar algunas rondas más? -preguntó, convencido de que hacer algo positivo haría que soslayara lo que acababa de sucederle-. Hay un centro que proporciona comida para los adolescentes de la calle...
-Suena prometedor.
-Está en un barrio conflictivo a unos tres kilómetros de aquí -le advirtió.
-No me importa el barrio. Sólo me importa dar con mi hermana.
-Puede que no la localicemos en ese sitio - sabía que lo más probable era que desperdiciaran su tiempo-. Como he dicho, se encuentra a cierta distancia. Y es una probabilidad remota.
-Una que estoy dispuesta a asumir.
Se puso de pie y alargó la mano.
-Vayamos a la parada del autobús, entonces.
Ella se incorporó sin ayuda.
Mientras la guiaba hacia el autobús, se mantuvo alerta y atento a cualquiera cosa o persona que pareciera fuera de lugar.
Quizá no la tuviera durante mucho tiempo, pero sí en ese momento, e iba a mantenerla a salvo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario