domingo, 17 de mayo de 2015

Cuestiones Privadas: Capítulo 9

Hernán se echó a reír.
-¿Una mujer?
- Eso es. Una que ha empezado a oír campanas de boda. ¿Entiendes?
-Claro -respondió Hernán, bebiendo un sorbo de cerveza-. Entonces, tú has decidido cortar la relación, ¿no?
-Eso es. El problema es que ella no desiste. No para de llamarme e incluso es capaz de presentarse aquí a buscarme.
- Bueno, tienes una secretaria, ¿no? Pues deja que ella haga el trabajo sucio por ti.
-Tengo una asistente personal -dijo Pedro, sonriendo.
-¿Qué quieres decir?
-Quiero decir que he empleado a una mujer que me hace feliz por completo.
-Pedro, vaya pillo que estás hecho.
-Siento decepcionarte, pero no hay nada entre Paula y yo.
-¡Qué pena! Pensé que sería la mujer despampanante con la que he subido en el ascensor.
-¡Oh, cielos! -Pedro se puso pálido-. ¿Una morena?
-Sí.
-¿Con unos ojos marrones enormes?
-Eso es.
-¿Unas piernas larguísimas y un cuerpo increíble?
-Probablemente.
-¿Probablemente? Deberías estar ciego para no haberte dado cuenta del tipo de Malena.
-¿Malena?
-Sí, la mujer que ha decidido que soy el amor de su vida. Ya sospechaba que hoy podría aparecer por aquí.
-Pues parece que síque ha venido y la única razón por la que no me he fijado en su tipo es porque llevaba un traje de tweed que se lo ocultaba.
-¿Tweed? Malena nunca llevaría un traje de tweed.
- Pues, o sus gustos han cambiado, o la chica que he visto no era... ¿Cómo has dicho que se llamaba?
-Malena-respondió Pedro, frunciendo el ceño-. Bueno, Paula siempre lleva tweed.
-¿y quién es Paula?
- La asistente personal de la que te he hablado -contestó Pedro, pero inmediatamente sacudió la cabeza-. Pero no es posible que sea ella. Es una mujer eficiente y capaz, pero no creo que pueda haber llamado tu atención por guapa.
-¿Por qué no? Te aseguro que mis gustos han cambiado.
-Claro -dijo Pedro  con una sonrisa.
- No, estoy hablando en serio. He aprendido a mirar más allá de la apariencia de las mujeres. Y a veces, las que parecen más modositas son las más ardientes.
-No, te aseguro que no podía ser ella. Mi Paula es una mujer de lo más normal.
-¿A qué se refiere con su Paula, señor Alfonso?

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