Cuestiones Privadas: Capítulo 23

-Paula, ¿te has olvidado ya? ¿No recuerdas que me he ofrecido a presentarte gente? De hecho, esta noche había algo incluso mejor, pero... -no terminó la frase. Iba a decir que ella no iba vestida adecuadamente, pero no quería herir sus sentimientos-. Pero, como hace un tiempo tan malo, no puedo dejar que vayas en metro hasta... ¿Dónde vivías? ¿En Brooklyn?
- En Tribeca.
- Tribeca -repitió él como si ella hubiera dicho que vivía en Mongolia-. ¡Vaya! La fiesta de esta noche es en...
-¿Qué fiesta?
- United Broadcasting da un cóctel y una cena.
Pensé que quizá lo cancelarían debido al mal tiempo, pero acabo de llamar y me han dicho que no es así.
- No pienso ir contigo a ninguna fiesta.
-Claro que sí. ¿No hemos quedado en que iba a presentarte a gente?
-No.
-¿Cómo que no?
Paula sacó sus calcetines de un cajón, pero, finalmente, decidió no ponérselos. Seguidamente se puso el abrigo.
-Bueno, he estado pensando en ello y me parece que no es una buena idea. No me veo conociendo a gente de ese modo.
-Claro, es mejor que los conozcas a través de la sección de contactos de una revista.
-Eso no es asunto tuyo. Ya soy mayor y puedo cuidar de mí misma.
-Escucha, Paula...
-Pero, ¿qué te importa a ti con quien salga yo?
-Bueno, soy tu jefe y tu amigo.
-Nosotros no somos amigos. Nuestra relación es puramente laboral..
Paula llevaba razón, pero eso no impedía que él pudiera preocuparse por ella.
-En cualquier caso, preferiría conocer antes a los hombres con los que sales, no vayas a dar con algún pervertido.
-Pero si yo no salgo con ningún hombre -protestó ella.
-¿y Hernán?
-Solo salí con él para disgustarte.
- ¿y lo de la revista Gotham? Estabas a punto de dejar tu teléfono a ese hombre cuando te interrumpí. Ese tipo podría ser un pervertido.
-No exageres.
-¿Exagerar? Todos los días viene en el periódico que han robado, violado y matado a varias mujeres. ¿Quieres tú terminar así? ¿Quieres que un día me llame la policía para que identifique tu cuerpo?
-Creo que no solo estás exagerando, sino que estás loco de remate.
Quizá llevara razón. Si ella quería salir con Vlad, el Empalador, no era asunto suyo. Ella podía hacer lo que quisiera.
- Muy bien, pues haz lo que quieras.