lunes, 25 de mayo de 2015

Cuestiones Privadas: Capítulo 45

Martín apartó la mano de la pierna de Paula y ella se giró para encontrarse con Pedro.
-¿Sorprendida de verme?
No solo sorprendida, sino también encantada.
¡Dios, qué guapo era! Y no solo guapo, también era muy inteligente. Acababa de salvada de comerse aquello.
- Un poco -contestó ella.
- ¿No te había advertido Paula que era alérgica a los cefalópodos? -le preguntó Pedro a Martín  mientras se sentaba al lado de Paula.
-No -contestó Martín.
-Bueno-dijo Pedro, agarrándole a ella la mano bajo la mesa- será mejor que pidamos algo que puedas comer. Por ejemplo, lasaña.
Luego le pidió dos platos al camarero que se había acercado para preguntarle lo que quería comer.
- ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí, Alfonso? -le preguntó entonces Martín en un tono gélido..
-¿Y tú, Gonzalez?
-Cenando., pero...
- Pues menuda coincidencia, porque es justo lo mismo que he venido a hacer yo. Pero al entrar, los he visto y me he acercado. ¿No les importa que cene con ustedes, verdad?
-No -respondió Paula rápidamente. Luego se sonrojó-. Quiero decir, si a ti tampoco te importa, Martín.
-Por supuesto que no. -dijo Martín, forzando una sonrisa.
-Estupendo. -respondió Pedro, haciendo una seña al camarero para pedir otra botella de vino.
El vino era exquisito y la pasta también. Paula se lo comió todo con mucho gusto
Durante la cena, Pedro contó también lo que había pasado en casa de los Bishikoff, pero dio una versión totalmente distinta de la de Martín. Al parecer, Pedro  había estado cenando allí cuando apareció el ratón y lo había atrapado con la ensaladera.
-El gato no se puso muy contento, claro -dijo, soltando una carcajada-. Ni tampoco la señora que tenía al lado, porque la ensalada se cayó entera en su regazo.
Ella se echó a reír, pero al ver que Martín la estaba mirando con gesto serio, se calló bruscamente.
-Lo siento, Martín, no sabía que Pedro iba a...
-No me gusta meterme en medio de una pareja, Paula -dijo Martín, muy serio.
-Pero Pedro y yo no salimos juntos –explicó ella.
-Bueno, cariño -dijo Pedro, agarrando la mano que ella tenía apoyada sobre la mesa-, creo que no tiene sentido que lo sigamos ocultando.
- Pero Pedro...
- Paula, creo que será mejor que te lleve a casa ahora mismo -dijo Pedro-. A menos  que Gonzalez opine otra cosa, claro.
Martín, que de pronto había palidecido, no respondió nada.
Paula se puso en pie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario