lunes, 22 de agosto de 2016

Trampa De Gemelas: Capítulo 5

Esa  noche,  Pedro hizo  un  esfuerzo  claro  y  calculado  por  quedarse  a  solas  con  su cuñada. Cenó con la familia en la parte central de la casa del rancho, donde vivía Melina  con  Federico  y  los  mellizos  y  después  de  cenar  tomó  una  copa  de  brandy  con  su  hermano mientras ella iba a preparar a los niños. Después los hombres se reunieron con ella para la tarea importante de acostar a los mellizos. Federico y  Melina  les  cantaron  nanas  y  Pedro,  que  disfrutaba  con  su  papel  de  tío,  participaba  siempre  que  recordaba  la  letra.  Le  gustaba  aquella  vida  familiar.  Le  gustaba  mucho.  En  su  opinión,  era  lo  más  inteligente  que  había  hecho  nunca  su  hermano. A  las  ocho,  los  niños  estaban  al  fin  metidos  en  su  cuna,  con  la  niñera  en  una  habitación  cercana  y  Tate  anunció,  como  todas  las  noches,  que  tenía  algunas  cosas  pendientes y desapareció en su estudio.Pedro aprovechó la oportunidad para preguntar a Melina:

—¿Tienes un momento?

Ella asintió.

—Claro que sí. ¿Quieres un café?

—Muy bien —Pedro la siguió a la cocina.Melina le sirvió una taza de café y se sentó enfrente de él con una infusión.

—¿Qué ocurre? —preguntó.

Pedro decidió ir al grano.

—Dime todo lo que sepas de Paula Torres.

Su cuñada lo miró por encima del borde de su taza.

—Chaves. Su apellido es Chaves. Se casó.

—Pero ahora es viuda.Su cuñada lo miró con curiosidad.

—Mejor para tí, ¿eh?

—¡Vamos, maldita sea! ¿No puedes ayudarme un poco?

Melina dejó su taza en la mesa.

—¿A qué viene esto? ¿Tuviste a una de las hermanas y ahora quieres completar la pareja?

Pedro dió un respingo. Negó con la cabeza.

—Eres muy directa.—Eso me han dicho. Contesta a mi pregunta.

—No —repuso  él—.  No  es  eso.  Esto  no  tiene  nada  que  ver  con  Valeria.  Valeria y  yo... bueno, eso fue hace mucho tiempo.

Melina lo miraba con aire de duda.

—¿Quieres decir que es agua pasada?

Pedro asintió con la cabeza.

—Valeria es feliz ahora. Quiere a Julián. Y yo me alegro por ella. De verdad.

—Pero tú la quisiste, No?

¿La había querido? Pedro no estaba seguro.

—Estaba  loco  por  ella,  sí,  ¿Pero  quererla?  Éramos  unos  críos.  Ella  quería  vivir  aquí, quería que hiciéramos la gran boda que va a hacer ahora y nos instaláramos en el rancho, donde se dedicaría a tener dos o tres hijos y me ayudaría a gastar el dinero del abuelo.

—Sigues dolido con ella.

—No —contestó él—. No es verdad. Sólo te digo cómo era aquello. Valeria quería una  vida  tranquila  aquí  y  yo  quería  marcharme.  Rompimos  y  eso  hizo  posible  que  los dos tuviéramos lo que queríamos. Casarnos habría sido un desastre. Ella lo sabe y yo lo sé. No hay más que hablar. Excepto por una noche que...


Pedro había  ido  a  casa  desde  la  universidad,  donde  suspendía  todo,  para  llevar a Valeria al baile de graduación. La noche antes del baile, ella le había dicho que todo  había  acabado  entre  ellos,  que  querían  cosas  distintas  y  que  lo  suyo  no  funcionaba. Él se mostró de acuerdo. Hacía ya un tiempo que pensaba que había llegado el momento   de   terminar,   pero   no   sabía   cómo   decírselo.   Y   recordaba   todavía   la   sensación  de  alivio  que  se  apoderó  de  él  cuando  ella  le  dijo  que  ya  no  quería  ser  su  chica.Y  entonces  le  dijo  que  tenían  que  ir  de  todos  modos  juntos  al  baile  y  Pedro pensó que era lo menos que podía hacer para agradecerle que le hubiera devuelto la libertad.La noche que él tanto temía acabó siendo especial. Acababan de romper y, sin embargo... ella lo atrapó en su magia y él se sintió más enamorado que nunca. Ella lo conquistó, lo dejó sin palabras.¿Pero ahora? No. Todo eso había acabado hacía mucho. Cuando veía ahora a Valeria sólo sentía un vago aprecio. Le gustaba. Era una mujer sonriente y alegre, demasiado pendiente de  sí  misma,  pero  con  encanto.  Eran  amigos,  aunque  no  íntimos.  Cuando  la  veía,  le  resultaba  imposible  pensar  que  era  la  chica  a  la  que  había  tenido  en  sus  brazos  aquella noche hermosa e inolvidable.

3 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos! Ya me enganchó! cuando Pedro se entere que tiene un hijo de 10 años!

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  2. Ya me atrapó esta historia. La que se va a venir cuando se descubra que es el padre.

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  3. Ya me re enganché con esta historia!!!

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