viernes, 19 de agosto de 2016

Juntos A La Par: Capítulo 56

—No queridita, no pienso hacerlo —respondió con seriedad—. Hacía muchos años que no estaba enferma y esto que ha pasado me hizo pensar. La vida es un asunto que no sabemos cuánto tiempo va a durar. He decidido que quiero disfrutar de ella lo más posible y eso significa que deseo casarme con tu abuelo. Aun en medio de la fiebre, estaba consciente de que Roberto se encontraba cerca de mí todo el tiempo, y eso era precisamente lo que deseaba; entonces fue cuando me di cuenta de que deseaba casarme con él, aun cuando yo hubiera tenido que pedírselo.
Roberto  soltó una de sus manos y se palmeó la rodilla diciendo:

—¡Caray! Debí haber esperado a que lo hicieras, de esa manera podría haberme sentido más orgulloso para el resto de mis días…

—¡Me imagino cuántas bromas me he ahorrado con esto! —dijo Alicia.

—Creo que estás a salvo, querida Ali —intervino Paula—. Y además debo decirte que te veo muy bien. Me imagino que el comprometerte para casarte te ha sentado de maravilla. ¿Lo has dicho ya a tus hijos?

—Los dos mayores vendrán esta tarde y, la verdad, no estoy muy segura de lo que van a decirme.

—Estarán encantados —aseguró Paula con sinceridad—. ¿Cuánto tiempo más vas a estar aquí, querida Ali?

—Dos o tres días, según el doctor. Ansío volver a casa. ¿Te las arreglas bien para las comidas, Pau? ¿Has regado mis plantas? —Pau asintió con la cabeza—. No te olvides de mantener húmedas las semillas de fríjol que están germinando y pasar a las macetas los nuevos brotes. Tal vez deberías…

—!Bah, bah! —interrumpió Roberto—. Pau tendrá cuidado de todo, no tienes por qué preocuparte.

Alicia sonrió complacida.

—Pedro —dijo Roberto—, hay algo que quisiera pedirte, prometí a Rodrigo acompañarlo a pescar mañana, pues él necesita alguna ayuda, ¿Podrías hacerme el favor de ir en mi lugar? Preferiría quedarme aquí estos días, hasta que Alicia vuelva a casa.

—Si es que Pau quisiera hacerse cargo de Mati, lo haré con todo gusto.

—Por supuesto que lo haré —respondió con voz queda.

Poco después salieron los tres y Pedro los llevó a almorzar a un restaurante cercano. Volvieron a la isla. Al llegar él dijo:

—Pau, ¿Podrías hacerte cargo de Mati por el resto del día? Debo ir a buscar algunos libros a la librería de la universidad de Halifax y hacer varias cosas. Volveré alrededor de las nueve.

Ella lo miró sin decir nada. Pedro lo tomó como una aceptación y le dijo:

—Gracias, Pau. También quisiera pedirte que te quedaras esta noche a dormir en casa de Alicia, pues deberé partir con Rodrigo como a las cuatro de la mañana y no me gustaría dejar a Mati solo.

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