domingo, 10 de julio de 2016

La Usurpadora: Capítulo 53

¿Era así? Pedro no se mostró sorprendido cuando pensó que ella era Priscilla y que había salido con otro hombre. Se disgustó, pero no se sorprendió. Tal vez eso mismo había sucedido otras veces. Pero, ¿si ella estuviera en el lugar de Priscilla, no hubiese actuado igual, tratando de disfrutar de todo antes de perder su joven vida?

—Le estoy muy agradecido a Pedro —continuó diciendo Miguel—. Y también lo compadezco. Debe ser duro para él saber que la mujer que ama va a morir.

¿Tan duro que ocasionalmente quería aferrarse a una réplica de Priscilla, enamorando a su doble porque sabía que ella no iba a morir? Supo con claridad que ésa era la razón por la que Pedro la enamoraba y le había dicho que la amaba… quería que fuera Priscilla, una Priscilla que viviera.

—¿Se casarán… se casarán antes…?

—No tengo idea. No he interferido para nada en sus planes. Si quieren casarse lo harán.

—¿Eso es justo para Pedro?

—No —suspiró su padre—. Pero Pedro tiene una mente muy firme.

Eso lo sabía, pero por el momento la mente de Pedro no parecía estar funcionando bien. La enfermedad de Priscilla lo llenaba de tal desesperación que lo hacía dirigirse a Paula. Dios, las cosas que le había dicho. ¡Cómo debería odiarla por eso! ¡No más de lo que se odiaba ella misma!

—¿Está dormida Prisci?

—Sí —asintió su padre—. Quería esperarte, pero yo no la dejé. La fiesta fue bastante tensión para ella.

—Siento ser una preocupación más para tí —Paula se mordió el labio inferior.

Él le rodeó los hombros con el brazo.

—No eres una preocupación, Pau, sino parte de esta familia. Tal vez nosotros seamos culpables por no decírtelo, pero así es como quiso Prisci.

—¿Prisci no quiso que me dijeran? —eso le dolió por alguna razón.

—Muy pocas personas saben de su enfermedad, sólo yo, Pedro, su madre… y ahora también su hermano —torció la boca.

—Creo que Fede la ama —reveló Paula.

—Lo sé, pero de nada le servirá, Prisci no está interesada en él.

—No —el amor de Priscilla era Pedro pero Paula  se compadeció de Fede, porque sabía lo que era amar sin esperanzas.

Se fue a la cama, pero no durmió y Priscilla parecía estar muy inquieta también. Entró en su habitación una vez a verla, para asegurarse de que no sufría dolor. Priscilla estaba dormida, pero un par de veces gritó.

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