viernes, 1 de julio de 2016

La Usurpadora: Capítulo 27

—Es increíble —dijo el tío emocionado—. Pobre Paula, no creo que pueda soportarlo. Primero su madre y padrastro y ahora…

—¡Sssh, Arturo! —lo interrumpió la tía Susana—. Creo que viene Paula.

Paula suspiró frustrada. ¿Qué estaba a punto de decir su tío? Primero su madre y padrastro y ¿ahora…? ¿Iba a morir también su padre? Contra su voluntad sonrió al entrar en la sala.

—Estoy lista —anunció mirando a su padre.

Miguel se puso de pie.

—Te veo muy bonita —se volvió hacia los tíos—. ¿Puedo persuadirlos de acompañarnos?

—Tal vez en otra ocasión —dijo la tía Susana.

Durante el trayecto Paula estudió a su padre. No parecía enfermo, tal vez un poco cansado, pero no enfermo. Sin embargo, algunas enfermedades eran así y la persona moría de un momento a otro. A menos que estuviera equivocada. ¿Pero qué otra cosa quisieron decir con esa conversación?

—¡Paula! —en cuanto llegaron, Priscilla salió de la casa a saludarla. Abrió la puerta del coche, y la sacó al sendero de grava—. No podría creerlo cuando papá llamó para decir que vendrías a almorzar —la abrazó—. Después de lo de ayer, pensé que no ibas a querer volver a vernos jamás.

Paula sonrió llorosa. El placer de Priscilla era genuino.

—¿Qué no iba a querer ver a mi propia hermana? —inquirió con voz entrecortada.

—¡Oh, Paula! —Priscilla la abrazó con más fuerza—. ¿No es fantástico? Vamos a divertirnos mucho juntas —la condujo hacia la casa.

Ambas se volvieron ante el carraspeo de Miguel. Priscilla sonrió al ver la dolorosa expresión de su padre.

—Está bien, papá, tú también —aceptó…

—Eres muy amable —gesticuló y parecía un hombre sin edad suficiente para tener hijas de veinte años.

El almuerzo fue alegre, tanto Priscilla como su padre hicieron lo que pudieron para que Paula se sintiera cómoda. Y lo lograron hasta cierto grado, porque todos disfrutaron el asombro de los sirvientes al ver a dos chicas iguales. Fue necesario dar explicaciones, pero todos le dieron la bienvenida a Paula cuando supieron quién era.

—Tengo que regresar a trabajar esta tarde —dijo apesadumbrado su padre—. ¿Estarás aquí cuando regrese? —miró esperanzado a Paula.

—Bueno, yo…

—Oh, quédate, Paula—Priscilla intervino para que no se negara—. Luego, después de cenar podemos…

—¿Cenar? —rió—. Yo sólo vine a almorzar.

—Quiero que te quedes —confesó su padre con voz ronca.

—Está bien… a cenar.

—No sólo a cenar, Paula. Quiero… ambos queremos, Priscilla y yo, que te quedes a vivir con nosotros.

Paula se mordió el labio inferior.

—Pedro dijo algo acerca de eso, pero tengo que regresar a casa…

—Esta podría ser tu casa —cortó su padre—. Con nosotros.

—Priscilla se casará pronto —su voz sonó aguda al pensar que Pedro se casaría con Priscilla. Tal vez ella sólo fue un reemplazo de Priscilla esa mañana, pero en lo que a ella se refería, Pedro era el hombre que tanto Priscilla como ella amaban. Sí, amaban. Ella se había enamorado de un hombre que no sólo estaba comprometido con cualquier mujer, sino que iba a casarse con su hermana, una chica contra la que no podía luchar ni dejar de querer.

—Razón de más para que vengas a vivir con papá —dijo sonriente Priscilla—. Así no se sentirá solo cuando yo me vaya.

No hubo mala intención en el comentario, sin embargo, Paula se dió cuenta una vez más de que la estaban utilizando como reemplazo.

—Quiero que vengas a vivir con nosotros —Miguel habló con amargura—. Después de todo este tiempo de separación, me gustaría que estuviéramos juntos.

—L… lo pensaré —respondió nerviosa.

—Tú vete a trabajar, papi —Priscilla cortó la tensión—. Paula y yo iremos a nadar esta tarde y te prometo que estará aquí cuando regreses en la noche.

—Está bien —se inclinó a besarla en la mejilla—. Creo que tus poderes de persuasión son más fuertes que los míos —titubeó frente a Paula—. ¿Puedo? — preguntó emocionado.

Paula levantó la mejilla para aceptar y se quedó mirándolo cuando abandonó el cuarto con pasos largos. Era un hombre que cualquier muchacha estaría orgullosa de tener como padre, y ella comenzaba a pensarlo. Después de todo, lo que sucedió veinte años atrás fue una decisión conjunta y ella amaba mucho a su madre, ¿por qué, entonces, no llegar a amar eventualmente a su padre? ¿Eventualmente? Por la forma en que les habló a sus tíos, tal vez no habría tiempo de que fuera "eventualmente".

—Pobre papito —rió Priscilla—. Todo esto lo ha puesto muy nervioso. No ha descansado desde que se enteró.

—No entiendo cómo puedes aceptar todo con tanta facilidad —dijo Paula con el ceño fruncido.

—La vida es demasiado corta para hacer todo un drama por algo como esto.

Paula rió y asintió.

Priscilla se quedó seria.

—¿Cómo era ella? Nuestra madre. ¿Hermosa? Quiero decir que de alguien heredamos nuestra belleza.

—¡Presumida! —los ojos de Paula brillaron con alegría.

—Bueno, algo debo tener para haber atrapado a Pedro. Todo el mundo creía que era un soltero empedernido antes que me pidiera que me casara con él. Hubiera sido una tonta al no aceptar. ¿No crees que es atractivo?

Paula se quedó asombrada. Si Priscilla pensaba que era tan maravilloso, ¿por qué salía entonces con otros hombres, y lo hacía disgustar? Aún no conocía a su hermana lo suficiente para preguntarle por qué lo hacía.

—¿Paula? —Priscilla habló al ver que su hermana guardaba silencio.

—Es muy agradable —contestó—. Tendrás que perdonarme que me guarde ciertas reservas acerca de él. Después de todo, la primera vez que lo conocí me atacó con palabras y la segunda, me acusó de una serie de cosas.

—Oh, sí —rió Priscilla—, te entiendo. ¡Debías haber oído lo que me dijo al día siguiente! Es muy protector. Creo que es el mejor amigo que jamás tuve. ¿Vamos a nadar? Puedes ponerte uno de mis bikinis, estoy segura de que te quedará. Todavía no me dices cómo era nuestra madre ¡Qué barbaridad, ya estoy hablando mucho de nuevo! Fede… Pedro siempre dice que digo tonterías. Y supongo que así es. Pero odio el silencio, ¿tú no?

Paula se dió cuenta de que su hermana estaba hablando demasiado y que lo hacía para cubrir algo. No iba a decir Pedro, mencionó a alguien llamado Fede y luego trató de actuar como si no lo hubiera hecho. ¿Quién era Fede? Había muchas preguntas sin contestar acerca de su nueva familia. Pedro también era un misterio. ¿Por qué besarla si estaba comprometido con Priscilla?

3 comentarios:

  1. Qué de complicaciones tiene esta historia. Muy buenos los caps.

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  2. Esta historia cada vez me atrapa más!!!

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  3. Muy buenos capítulos! creo que ya entiendo que es lo que pasa con Prisci... si es así que triste...

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