domingo, 15 de noviembre de 2015

Pasión Abrasadora: Capítulo 34

—Bueno, hace un par de días te comenté que tenía una proposición para tí —recordó con voz entrecortada.

—Ya cumpliste anoche —respondió Paula.

—No digas eso, Paula. No rebajes lo que ocurrió anoche entre nosotros.

—Entonces, ¿qué pasó? —preguntó dejando de comer.

—Hicimos el amor. Dos veces —recordó—. Y fue una experiencia inolvidable.

—Igual que todas las demás, supongo.

Los ojos de Pedro se iluminaron como el filo de una navaja al recibir un rayo de sol. Instintivamente, Paula retrocedió.

—Sigues empeñada en pensar lo peor.

—Yo también me culpo —añadió Paula amargamente.

—¿Quieres decir que lamentas lo ocurrido?

—¡Por supuesto!

—¡No puedo creerlo! Yo estaba contigo. Te abracé, te besé y escuché cómo repetías mi nombre sin cesar. Todo fue auténtico entre nosotros. ¿Cómo puedes lamentar algo así?

—Solo fue una noche —gritó—. Nunca me había pasado y no lo volveré a hacer.

Pedro levantó los hombros. Nada de lo que Paula dijera podría sorprenderlo, porque ya lo sabía. Era una mujer de principios. De acuerdo. Había llegado la hora de tomar una decisión. Podía guardar silencio, aceptar que la noche anterior solo había sido una aventura y olvidarse de ella. Para siempre. O podía jugárselo todo a una carta. Un juego peligroso que implicaba a Isabella. Tenía que pensar con claridad.

Isabella necesita a Paula. Esas palabras resonaban en su cerebro. Pedro sabía que eran verdad. Sin darse tiempo para echarse atrás, se aventuró.

—Quiero que escuches lo que tengo que decirte —pidió sin emoción.

Respiro hondo, cada vez más acalorado.

—Me gustaría que vinieras a vivir a casa para hacer compañía a Isabella. La llevarías al colegio por la mañana, estarías con ella por la tarde y la cuidarías cuando yo estuviera de viaje o si cayera enferma. Tendrías los fines de semana libres siempre que yo estuviera en casa. Pero tendrías que dejar tu trabajo en el cuerpo de bomberos.

Después, hizo una oferta económica que dejó atónita a Paula.

—¿Siempre tratas de comprar a las personas? —preguntó sin pensar lo que decía.

—Quiero contratarte, no comprarte.

—¿Y dónde dormiría?

—Una vez que las obras terminen —explicó con reserva—, tendrás tus habitaciones particulares en una de las alas de la casa.

—¿Y mientras tanto?

—Estaremos todos juntos en la zona de invitados.

Paula  no pudo contener su enfado y estalló, sin importarle nada de lo que pudiera decir.

—Así que, a cambio de una cantidad que no puedo rechazar y que para tí no significa nada, tendrías al mismo tiempo una amante y una niñera. Espero que sabrás perdonarme si rechazo tu ofrecimiento.

3 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyyyy espectacular la maratón!!!!!!!! No se la va a hacer fácil Paula jajajajaja.

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  2. Que lindo tantos caps! Uhh que mal estuvo Pedro en irse así, Paula se la va a hacer remar!
    Quiero masssss

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  3. Muy buena la maratón!!! el pasado de Pedro con las mujeres lo persigue. Va a ser difícil que asuman lo que les pasa!

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