miércoles, 4 de noviembre de 2015

Dulces Sueños: Capítulo 77

Ser llamada mamá en aquel instante era como ganas en la lotería, o mejor, más que eso, no tenia precio, y la felicidad era la más grande del mundo, tendría a su chiquita a su lado y ahora estaba más segura que nada en la vida, pero sabia perfectamente que seria necesario hacer un examen de ADN para probar para el juez que de verdad la nena era su hija, al igual que a Jessica para certificar lo mismo y hacer los tramites de la adopción aun más rápido.
En ese instante la madre superiora entró, sin tocar la puerta, solamente vio las dos abrazadas y sonrió, tampoco tenía duda que ella seria la hija de Pau, se veía en los ojos de las dos la felicidad que sentían en aquel momento, los sentimientos una hacia la otra y sabia más que a nadie que Rocío era una chica muy sensible y que sentiría fácil los sentimientos de la verdadera madre.
-Perdón por entrar, pero necesitamos hablar. – dijo la madre a Pau. – ¿Puedes dejarnos un poquito Rocío? Luego vuelves para los brazos de tu mamá y si te portas bien te dejo hacer un paseo con ella más tarde ¿Si? – la nena le sonrió y salió del despacho de la superiora. – Cuando hablamos sobre Rocío, pensé que tendrías una decepción por su color. – le dijo a Pau sentándose a su lado en el sofá. – Pensé que buscabas una nena blanquita, de pelo lacio así como vos, pero en el instante que la corriendo hacia la nena, no dude un segundo que era tu hija, tu corazón lo dijo…
-Madre, todavía no puedo creer en todo lo que me está pasando. – dijo emocionada. – Hace un tiempo estaba con algunas dudas a respecto de la nena que estaba adoptando, pensé que podría ser mi verdadera hija, mi corazón se lo decía y luego cuando encontré sus papeles y la abuela de la nena me dijo que mi hija estaría acá, mi corazón pedía a gritos que viniera acá para saber si Jessica de verdad era mi hija, y me deparo con todo eso… Cuando vi a Rocío, no tenía ninguna duda de que ella era mi hija y ahora más que todo, sé que Jessica también lo es, porque son completamente iguales, son mellizas. – la madre quedó sorpresa por todo lo que le decía Pau.
-Dios te puso a tu niña en tu camino para que pudiera encontrar a su hermanita, sufriste demasiado y él quiso darte una segunda chance. – decía ella. – Cuando las nenas llegaron a ese orfanato, había una pareja de color esperando a un nene, pero cuando vieron a las nenas entraron con un proceso de adopción para tener una de ellas, y quedaron con la más fuerte, ya Rocío estaba flaquita y en los primeros días la tuvimos que dejar internada, era chiquita, flaquita y no había nadie que pudiera amamantarla. – los ojos de Pau llenaron de lágrimas por todo lo que le decía la madre, era triste saber que no estuvo con sus nenas. – Pero con el tiempo creció y quedó esa nena adorable, llegaron muchas parejas acá para adoptarla, pero Rocío siempre se negaba a conocer una nueva pareja, siempre tuvo esperanzas de que su madre llegaría y acá escuchamos los niños en primer lugar… y ahora que las ví no me cabe duda que si es tu hija nena, ella te aceptó y eso es raro en ella, el sueño de nuestra chiquita se ha hecho realidad. – antes de terminar de hablar Paula ya estaba llorando de nuevo.
-La verdad estoy sin palabras, quiero ir hoy mismo al juez y hablar con él, no sé, entrar con una petición, quiero llevarla conmigo lo más rápido posible.
-Si, mira, si quieres te dejo llevarla a un paseo ahora, mientras veo lo que puedo hacer por tí ¿Sí? – Pau le asintió y luego la abrazó.
-Muchas gracias Sor Remedios, muchas gracias de verdad.

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