Dulces Sueños: Capítulo 76

-Sí mi amor, y te está esperando en Capital, tienes dos hermanitas hermosas y una de ellas es completamente parecida a tí, igualita. – las palabras de Pau era tan dulces que la nena se sentía de verdad cómoda como si la conociera de hace mucho. – Creo que te va a gustar tus hermanitas, tu papá, tus abuelos…
-Tengo abuelos ahora, como todos los niños. – dijo la nena con una sonrisa enorme. – Sor Remedios siempre me ha dicho que un día encontraría a mi mamá, y era cierto, nunca le creí, pero era cierto.
-Si mi vida, no sabes como soñé con el día de hoy, en tenerte a mi lado y decirte hija, escuchar de tus labios la palabra mamá.
-Mamá, siempre quise decir eso también. – le dijo quedado de piel, pero enfrente a Paula. - ¿Viste cuantos hermanitos tengo acá en el orfanato? – Pau le asintió. - ¿No los veré más?
-Mi vida, no puedo llevarte hoy, porque todavía hay trámites con el juez, pero espero poder llevarte prontito y bueno, estaremos un poco lejitos pero mamá te promete que te va a traer siempre que quieras a ver tus hermanitos de corazón. – otra vez la nena le sonrió. – Te veo y no puedo creer como te pareces a Jessica, son igualitas mi vida.
-¿Mi hermana se llama Jessica? – preguntó ella y Pau le asintió. – Me decía sor Remedios que tenia una hermana y que se llamaba Laura, creo que es eso.
-Si, pero le cambiaron el nombre, seguro la familia que la adoptó, pero lo que importa es que pronto estarán juntas las dos. – la nena le acarició el pelo de Pau suavemente.
-Yo pensé que mi mamá seria diferente, las hermanas me decían que seguro se parecía mucho a mí pero no es verdad, eres diferente. – dijo la nena con una sonrisa triste, como las que Jessica solía hacer cuando estaba triste, ella conocía las expresiones de su nena y no porque tenia a otra igualita en su casa, y si porque sentía cada una de ellas. – Tienes el pelo lacio tan bonito, la piel suave y blanquita como de las muñecas, y pareces a una princesa, como de las películas de Disney ¿No?
-Jajaja, gracias, pero la única princesa acá eres tú, linda, hermosa, quizás no nos parecemos, porque eres igualita a tu papá, a tu abuelita, los ojitos son los mismo, la sonrisa me hace acordar a tu padre, pero de corazón sé que somos completamente parecidas ¿No?
-Si ¿Cómo te llamas? – le preguntó, aun sin dejarle de acariciarle el pelo.
-Paula, pero me dicen Pau y tu hermanita a veces me llama de Candy.
-Candy ¿Por qué Candy?
-Porque solía ponerme de payasita para jugar con los nenes y me decían Candy cuando estaba vestida así. – le explicó.
-Que lindo, me gusta lo de Candy ¿Y cuando es que los conoceré? A mi familia, a mi papá, a mis hermanas y mis abuelitos…
-Pronto mi chiquita, pero mientras estaré aquí y te visitaré todos los días hasta que puedas ir conmigo a Capital. – la nena la abrazó fuerte. – Te amo chiquita, mucho.
-Y yo a tí mamá.