Dulces Sueños: Capítulo 71

Paula estaba sorpresa por las cosas que encontraba ahí, en ningún momento encontró que allí era instalada también una maternidad, como decía en los papeles de la niña, algo errado había tener ahí y ella lo descubriría, tarde o temprano. Desconectó rápidamente y conectó el teléfono de nuevo, buscando en la agenda el numero de teléfono de Enriqueta, en algún lugar Pepe había de tener y si lo tenía. Estaba más que desesperada para que atendiera lo más pronto posible y cuando lo hizo casi se desmayo de la ansiedad.
-Rosa, hola, perdón por llamarte, soy yo Pau. – hablaba tan rápido que la señora casi no pudo reconocer su voz.-
-Hola May ¿Todo bien? No sabes que feliz me quedo por recibir tu llamado ¿Cómo has ido de luna de miel? – le pregunto contenta.
-Bien Rosa, perdón de nuevo por ser rápida, pero necesito saber urgente, como se llamaba el orfanato donde siempre visitaba a mi hija ¿Te acuerdas? – la mujer quedo muda del otro lado, la verdad no tenia tan buena memoria pero jamás podría olvidar el nombre del orfanato.
-Virgen de Guadalupe, así se llamaba, hay una pequeña iglesia enfrente, es un orfanato antiguo. – Rosa solo escuchaba el silencio del otro lado y por un momento quedo preocupada. - ¿Paula? ¿Paula, estás?
-Ay perdón, es… es que estoy un poco sorprendida, digo… Casa de Niños Virgen de Guadalupe ¿Verdad?
-Si corazón ¿Por qué estás sorprendida? ¿Te enteraste de algo?
-Necesito ir al interior Rosa, no sé, es que mi corazón de madre dice que mi hija está más cerca de lo que puedo imaginar ¿Qué hago? Dime. – lagrimas empezaron a resbalar por sus mejillas, pero de felicidad, sabia que ahora podría encontrar a su hija y sin ayuda de sus padres, o mejor, pensaba que su hija ya estaba a su lado.
-Pau, si tu corazón lo dice, escúchalo, no deje pasar… anda al interior y haz lo que de te la gana, descubre, investiga, porque tienes chance de encontrarla, eres la madre y lo siente, si la vez sabrás que es tu hija, anda mi niña, hazlo. – Pau sonrió, la verdad ella tenia razón, debería hacer lo que mandaba su corazón y lo haría. – No te preocupes con nada, no te preocupes por Pepe  ni por las nenas, los puedo cuidar eh, haz tus cosas y anda al interior, a parte, no está tan lejos.
-Si Rosa, muchas gracias… de verdad, me ayudaste un montón.
Hablaron un poco más a respecto del orfanato y Pau le contó lo de Jessica, quería saber si de verdad era su hija o si había otra niña de por medio, de todas formas quería saber. Colgó el teléfono y escribió en una hoja de papel la dirección del orfanato, ahorita mismo arreglaría sus cosas y cuando Pepe llegara se iba, por más que le doliera dejar a él y a las nenas.
No tardó mucho para que llegara, cuando entró por la puerta se encontró con una pequeña maleta de Pau y con ella en la cocina, parecía divina, tenía una sonrisa maravillosa, usaba maquillaje y una ropa que dejaba mostrar lo tanto mujer que era.
-Que linda estás. – dijo Pepe acercándose a ella y dándole un besito en los labios. – No sabes como me gusta encontrarte así con esa sonrisa maravillosa y tan linda.
-Gracias mi amor, pero te tengo que contar algo que… que no sé si te va a gustar. – mordió el labio inferior y lo llevo de vuelta a la sala, sentándolo en el sofá.
-Mm ¿Y esa maleta?
-Pues, es exactamente eso… - respiró hondo. – Yo sé que recién llegamos de nuestra luna de miel y que estamos radiantes por eso, también sé que ahora tengo a mis hijitas conmigo y estoy muy feliz por eso, pero Pepe, necesito hacer un viaje.
-¿Un viaje? ¿Adonde? Si es que puedo saber. – se levantó enojado. – Paula ¿No puedes viajar así tan rápido? ¿Es a trabajo?
-No mi amor, es que… bueno, yo sé que me entenderás, necesito ir al interior porque me he enterado donde mi papá ha dejado a mi hijita, necesito ir a ese orfanato. – él no le dijo nada, solamente la escuchaba, la verdad no le gustó la idea. – Casa de Niños Virgen de Guadalupe ¿Te dice algo? – él maneó la cabeza, pero de pronto si se acordó de algo.
-A ver, ese era el lugar donde Jessica nació según los papeles ¿No?
-Exactamente ¿Ves? Quizás mi hija está conmigo y no sé, o quizás esté más cerca de lo que imaginamos Pepe, porque ahí fue donde papá dejo a mi bebé al nacer. – ella dejó salir una lágrima de sus ojitos hermosos, pero Pepe la limpió antes que se cayera en sus labios. – Quiero mucho saber donde está y por eso necesito hacer ese viaje, pero te juro que no tardaré mucho, te lo juro.
-Mi vida, anda, ve… quiero verte feliz y quería mucho acompañarte de verdad.
-Solo quiero que las cuide mientras no este ¿Sí? – se abrazaron y se dieron un beso apasionado, bueno, aquella noche no tendría sexo.
Pau despertó a las nenas y las ayudó a arreglarse porque con Pepe las llevaría al aeropuerto para tomar el avión hasta el interior, para salir todo más rápido, las nenas se despidieron de ella con los ojitos llenos de lágrimas al igual que Paula, le dolía dejarlas por segunda vez aquella semana.