domingo, 10 de abril de 2016

Inesperado Amor: Capítulo 24

Paula llamó al señor Mowbry y logró hablar con él. El abogado le comunicó que no podría enviarle el dinero porque su madre había interpuesto un recurso en contra de lo establecido en el testamento.

Paula hizo un esfuerzo por no enfadarse de inmediato y por no contarle al abogado lo que pensaba de su madre. No quería que sus asuntos de familia se hicieran públicos.

—¿Puede interponer un recurso?

—Puede hacer lo que quiera, supongo que lo que realmente quieres saber es si puede ganar —le dijo el abogado.

—¿Puede ganar?

—Lo dudo,tu padre ya le dejó bastante a ella, es una pena que tú no llegaras a terminar tus estudios cuando él aún vivía —dijo con un tono de desaprobación—Sé que le hubiera gustado mucho verte licenciada.

Paula se mordió los labios para no decirle que probablemente tenerla en casa para que lo pudiera llevar al médico, leerle cuando él se quedó ciego había significado mucho más para él. Aquellas habían sido cosas que su madre había afirmado que no podía hacer porque la enfermedad de su padre la había dejado destrozada.

Al notar el tono de desaprobación del señor Mowbry, Paula se dió cuenta de que probablemente su madre habría hablado con él y se habría inventado una versión de los hechos donde ella seguramente representaría el papel de hija despreocupada y desagradecida.

Paula sintió una gran impotencia mezclada con furia, ¿por qué no tenía una madre normal? Una madre que aceptara a su hija como era en lugar de verla como alguien que tenía que estar sometida a su voluntad, y si no era así, ¿por qué otra gente no se daba cuenta de cómo era realmente su madre? ¿Por qué todo el mundo pensaba que era una pobre mujer que sufría a causa de una hija egoísta?

—Aunque yo no soy quien para juzgarla —dijo el señor Mowbry tras un largo silencio.

—Tiene razón —dijo Paula dejándose llevar por su enfado. Intentó tranquilizarse un poco antes de volver a hablar—. Su única función es asegurarse de que se cumpla la última voluntad de mi padre y parte de ella es darme el dinero que me corresponde.

—Tienes que entender que cumplir un testamento al que han interpuesto un recurso lleva su tiempo —dijo el abogado con suavidad.

Paula estaba segura de que aquel hombre pensaba que su madre se había quedado corta al decir que ella era una persona poco razonable. Pero a Paula no le importaba, ella sabía que tenía razón y estaba decidida a actuar en consecuencia. Su madre y el abogado iban a tener que afrontarlo lo mejor que pudieran, los días de someterse a su madre habían terminado.

Quizá tenían razón los que decían que la verdad hacía libre, en cuanto el médico de su madre le había asegurado de que estaba muy sana, Paula había sentido como si le hubieran quitado un enorme peso de encima. Nunca volvería a sentirse culpable por su madre.

—No sólo necesito parte de ese dinero ahora, sino que necesitaré más en enero para pagar mis estudios —le advirtió Paula.

—Intentaré que el juicio tenga lugar lo antes posible pero...

—Puede contarle al juez para qué necesito el dinero y también puede contarle que mi madre quiere evitar que termine mis estudios.

—¡Pero eso no es verdad! —afirmó el señor Mowbry.

No hay comentarios:

Publicar un comentario