domingo, 24 de abril de 2016

Dos Vidas Contigo: Capítulo 9

Él se encogió de hombros impresionado por la rapidez de ella y por su metedura de pata. Tendría que tener más cuidado si no quería que ella sospechara algo. Se sintió muy orgulloso; ella siempre había sido muy lista...

-Señor Alfonso... -el tono de Paula era interrogativo, pero igual de penetrante que antes.

-Perdón. Estaba distraído.

-¿Por qué sabías que a Pilar la llamamos mami?

No era una pregunta muy sutil.

-Cariño, a lo mejor se lo oyó a alguien en el baile -intervino Pilar-. La verdad es que sólo hablo de Pablito. Seguramente, Pedro me oyó contarle una anécdota a alguien sin darse cuenta siquiera de que lo había oído.

Pilar sonrió y miró impacientemente a los dos.

-Tú misma lo dijiste hace un rato -le dijo Pedro a Paula. -Supongo que he dado por supuesto que era como tu hijo llama a Pilar.

-Ya -susurró ella.

No estaba nada convencida, pero Pedro se dió cuenta de que no quería incomodar a su suegra.

-¿Qué tal te ha ido la comida? -le preguntó Pilar desenfadadamente.

La cara de Paula se iluminó como si se hubiera olvidado de algo durante un instante.

-¡Maravillosa! Tengo algunas noticias apasionantes.

Se desabrochó la chaqueta azul y se la quitó desafiando al descubierto una camisa sin magas de seda color marfil. La seda dejaba entrever una especie de camisola de encaje que le retenía los pechos. Pedro deseó que no se hubiera quitado la chaqueta. Ella la colgó del respaldo de la silla y se sentó antes de que Pedro pudiera levantarse para ayudarla.

-El consejo de administración del museo me ha ofrecido un puesto como directora ejecutiva.

Pilar  sonrió vagamente.

-Está muy bien, cariño -se volvió hacia Pedro-. Paula trabaja de voluntaria con varias organizaciones.

Pedro  comprendió que la mujer no había entendido lo que había dicho Paula.

-Pero esto no es un trabajo de voluntaria -le aclaró Paula-. Seré directora ejecutiva y tendré un sueldo. Además, seguiré ocupándome de la recaudación de fondos.

Parecía emocionada.

-Enhorabuena -le felicitó él-. ¿Cuáles serán tus funciones?

-Supervisaré el personal, gestionaré el presupuesto y llevaré la publicidad, pero, en gran medida, me concentraré en recaudar fondos.

-¿Cómo se financia el museo? -le preguntó Pedro.

-Con fondos federales, estatales y locales -contestó ella.

Pedro tuvo la sensación de que a ella no le gustaba su participación en la conversación, aunque no hizo ni dijo nada que fuera descortés.

-Campañas especiales -continuó Paula-, fiestas, donaciones, aportes de fundaciones... el museo, como cualquier institución sin ánimo de lucro, recibe dinero de muchos sitios.

-En Filadelfia fuí miembro de un par de consejos de administración -dijo Pedro-. Tengo algo de experiencia en reunir fondos de explotación.

Se recordó que tenía que hacer una donación anónima al museo.

-Paula... -la voz de Pilar denotaba preocupación-. ¿Quieres decir que vas a trabajar?

-Sí -el tono de Paula era firme-. Sólo es media jornada. Puedo hacer algo del trabajo de casa mientras Pablito duerme la siesta, así que no creo que haya ningún problema. Alicia y tú no van  a tener que ayudar más con Pablito de lo que ya lo hacen.

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