lunes, 30 de enero de 2017

Destinados: Capítulo 49

—Bueno, ésa es la mejor razón del mundo para hacer un regalo —replicó Pedro, sonriendo.

—¿No vas a abrirlo?

—¿Ahora? El niño asintió.

Pedro se lo llevó a un oído y lo agitó.

—No puede hacer ruido —dijo Nico, riendo.

—Tienes razón. No he oído nada. ¿Me estás gastando una broma?

—No.

En dos segundos, Pedro desenvolvió el paquetito y abrió la caja. Dentro había dos moscas para pescar. Las tomó en la mano.

—¿Una mosca de cabeza dorada y una mosca inglesa? ¡Son las mejores moscas para pescar truchas de montaña! ¡Es el mejor regalo que me han hecho nunca!

—Mi abuelo me ayudó.

—Bueno, está claro que sabe de esto. Paula, ¿Te importa? —pidió, y le dejó el paquete para poder tomar a Nico en sus brazos y darle un gran abrazo. Lo volteó por los aires—. Tendremos que probarlas cuando vayamos de excursión dentro de un par de días.

—¡Sí!

—Tengo una caña de pescar perfecta para tí. Mi abuelo me la regaló. He pescado más peces con ésa que con ninguna otra.

Comenzaron a caminar. Paula se guardó las cosas en el bolso y los siguió sin decir nada. Pedro estaba contándole un increíble cuento sobre peces a Nico. Mientras, su sobrino lo observaba con gesto maravillado. El momento era tan tierno que a ella se le humedecieron los ojos.

Por la noche, Pedro esperó a que Paula cerrara con llave la puerta antes de irse a su habitación. Mientras ponía la caja de moscas en la cómoda, posó la vista en su mano. El anillo de Karen le llamó la atención. No tenía sentido seguir engañándose. Había querido quitárselo desde la noche en que había invitado a Paula a su casa para cenar, pero el miedo a que ella volviera a salir con Santiago le había impedido hacerlo. No debía fijarse en la mujer de otro. Ésa era una regla no escrita que le había enseñado su abuelo. No importaba que ella hubiera roto con el tipo hacía un año. Si seguía sintiendo algo por Santiago, entonces él no tenía ninguna esperanza. Aunque Paula había sido encantadora y amistosa con él desde que los había recogido en el aeropuerto, no había dicho ni hecho nada para darle a entender que hubiera vuelto a salir con Santiago. Ni lo contrario. Por desgracia, si ella ya no sentía nada por su ex, él nunca lo sabría, al menos, mientras siguiera llevando el anillo de Karen. Matías había tenido razón respecto a eso. Paula era una mujer muy respetuosa. Y ésa era una de las cualidades que más apreciaba de ella. Se sentó en la cama. Aquello era un lío. ¿Qué podía hacer? Si Paula se daba cuenta de que se había quitado el anillo a la mañana siguiente, ¿respondería a él de forma diferente? Ella nunca había sacado el tema de Karen. ¿Y si seguía sin hacerlo? Lo que él había creído que nunca pasaría, había pasado. ¡Estaba enamorado por segunda vez en su vida! ¿Qué haría si ella no lo correspondía con la misma intensidad? La posibilidad lo aterrorizaba, como Matías había adivinado. Nico era la única constante en la ecuación. Lo querría como a un hijo hasta el día de su muerte.



2 comentarios:

  1. Muy buenos capítulos!!! Que se saque ese anillo!

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  2. Me encantaron los capítulos me quedo con ganas de más capítulos

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