lunes, 2 de enero de 2017

Identidad Secreta: Capítulo 28

—¿Dónde está tu madre?

—En el coche con mis abuelos. Mamá dijo que podía venir a saludarte si estabas libre.

—Has elegido el momento perfecto. Pasa —Pedro se dirigió a Cecilia—. Gracias por traerla.

—No hay de qué. Te veo luego, Olivia.

—Gracias por acompañarme.

Los excelentes modales de su hija lo llenaron de orgullo una vez más. Cerró la puerta para estar a solas.

—¡Qué guapa estás! —sonrió.

Iba muy mona vestida con un jersey de manga larga y unos vaqueros y él no pudo resistir la tentación de abrazarla. Olivia le devolvió el abrazo con fuerza. Olía muy bien, igual que su madre. Mientras aún estaban abrazados, el teléfono volvió a sonar.

—Tengo que contestar —la llevó con él hasta el otro lado del escritorio—. Guardabosque Alfonso.

—Soy el guardabosque Hawkins informando desde Tamarack Flat. He encontrado cinco mofetas muertas en los servicios públicos. Esto es algo nuevo para mí.

—Me pondré con ello —para Pedro también era algo inusual. El jefe biólogo del parque tendría que investigarlo—. Mientras tanto, cierra los servicios al público — tras colgar, llamó a Pablo Thomas para explicarle la situación—. Cuéntame algo después de investigarlo. Leonardo necesitará saber si llegaron allí por la acción deliberada de alguien.

—Ésa fue mi primera idea. Voy hacia allá.
—Gracias, Pablo —al fin pudo dedicar su tiempo a Olivia—. ¿Sigue tu madre en pie de guerra? —cuando la niña asintió, añadió—: Quizás debería hablar con ella.

—Quiere saber si tienes que trabajar todo el día.

—Termino a las dos y entonces os enseñaré dónde vivo.

—Iré a decírselo y enseguida vuelvo —Olivia se bajó de la silla.

—De acuerdo.

La niña salió corriendo por la puerta mientras su padre atendía a un par de empleados y contestaba otra llamada. La puerta se abrió de nuevo y entró Nico, que llevaba un regalo.

—¡Hola, tío Pepe!

—¡Hola, Nico! ¿Has venido con papá?

—No. Está en casa con mamá. Queríamos que vinieras a cenar para que pudiera darte el regalo, pero papá se enteró de que tenías que trabajar. Dijo que podía traértelo aquí, pero primero tengo que llamarlo para decirle que estoy aquí.

—Pulsa el dos —Pedro le pasó su móvil. Mientras Nico hacía la llamada, Olivia entró en el despacho, pasó junto al chico y corrió hasta su padre.

—Los abuelos tienen que volver a San Francisco y mamá dice que debemos irnos a las tres.

—Entonces sólo tendremos una hora para charlar —Pedro intentó disimular su desilusión—. ¿Qué tiene pensado hacer hasta entonces?

—Vamos a ver las cascadas y dar un paseo, pero yo preferiría quedarme aquí contigo.

—Entonces, vuelve y dile que te quedas aquí.

—¿Puedo? —gritó ella emocionada.

—Me encantaría. A las dos nos reuniremos en mi despacho con tu madre y hablaremos.

—¿Quién es? —Nico había colgado el teléfono y paseaba la mirada de Olivia a Pedro.

—Nicolás Rossiter —aquello prometía—, te presento a mi hija, Olivia Chaves. Oli, el padre de Nico es Matías Rossiter, jefe de los guardabosques y mi mejor amigo.

—Tú no tienes ninguna hija, tío Pepe—Nico rió.

—¿Estás seguro de lo que dices? —Pedro rodeó a su hija por los hombros—. Fíjate bien.

—Sí que se parecen un poco —observó el niño—. ¿De verdad es tu papá?

—Tuvo amnesia durante diez años y hasta hace poco no sabía que yo existiera —ella asintió.

—¿Qué es amnesia?

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