viernes, 6 de enero de 2017

Identidad Secreta: Capítulo 42

—Llamaré a Mati y te telefonearé con lo que sea.

—Muchísimas gracias.

Paula colgó y esperó. No quería entrar en la casa sin alguna información que pudiera tranquilizar a Olivia. Estaba a punto de desesperarse cuando Romina llamó.

—¡Hola! ¿Has descubierto algo?

—Sí. Se ha producido un pequeño desprendimiento de rocas en Curry Village. No hay heridos, pero Mati quería a Pedro con él. No tardarán más de una o dos horas.

—Me alegro de que todo esté bien —Paula suspiró aliviada.

—Yo también. Mati dice que deberías explicarle a Olivia que los desprendimientos se producen con bastante frecuencia porque las paredes de granito son casi verticales. En realidad, lo increíble es que no se produzcan más.

—Gracias, Romi. Se lo diré. Estoy en deuda con ustedes.

—Tonterías. Llámame cuando quieras.

—Sabes que lo haré. Lo mismo te digo. Buenas noches.

Tras colgar, corrió a la casa. Aunque sus padres preferían quedarse en el hotel, Olivia los había convencido para que se quedaran a dormir con ellas. Les había cedido su cama y dormiría con su hija. Al entrar en el salón los encontró sentados alrededor de la mesa. La niña había dispuesto un Monopoly para jugar y ella se sentó en una silla vacía a su lado.

—Acabo de hablar con Romina. Papá está bien. Ha tenido que ir a investigar un pequeño desprendimiento de rocas.

Tras conocer la buena noticia, Olivia pareció relajarse, aunque siguió sin mirar a su madre, que intercambiaba silenciosas miradas con los abuelos, conscientes de que algo le sucedía a la niña. La partida duró un buen rato. Al final ganó la abuela. Cuando el abuelo anunció que se iba a la cama, Paula sugirió que Olivia se pusiera el pijama.

—Has tenido un día muy intenso desde que os fuisteis a montar a caballo esta mañana.

—Papá dice que soy una amazona nata —la niña levantó la vista hacia su madre.

—No me sorprende. Él ha montado mucho y es un experto jinete. Te pareces mucho a él.

—Me alegro de que no muriera —los ojos de Olivia se llenaron de lágrimas mientras cerraba la caja del Monopoly y la sujetaba contra el pecho—. Buenas noches.

—¿No me das un beso? —Olivia se acercó y la besó—. Buenas noches, cariño, que tengas dulces sueños.

El abuelo siguió a Olivia, dejando a la abuela sola con su hija.

—¿Qué puedo hacer para ayudar? —la madre de Paula tenía una expresión preocupada.

—Seguir a mi lado.

—Eso siempre.

—Lo sé. No los merezco.

—¿De qué demonios estás hablando?

—Adoro a mi hija —un gemido escapó de la garganta de Paula—, pero me equivoqué al acostarme con Pedro. No me educaron así. Yo estaba tan enamorada que dejé que mis emociones gobernaran sobre el sentido común. ¿Quién habría dicho que pagaría el precio diez años después?

—¿Y lo dices por…? —su madre la animó a continuar.

—Ya conoces la respuesta.

—¿Quieres decir que aún estás enamorada de él?

—¿Tanto se me nota?

—Sí, pero sólo porque soy tu madre. Si te sirve de consuelo, yo misma estuve a punto de sufrir un infarto cuando lo ví esta noche. Si no te sintieras atraída por él, no serías humana. Es todo aquello que dijiste que era, y quizás más.

—¿Más? —Paula se irguió en su asiento.

—Ha sufrido lo indecible, cariño. Se ve en sus ojos. Hay desesperación en su manera de aferrarse a Oli. Cuando te miró antes de marcharse, vi un destello de miedo.

Ella bajó la mirada. También lo había visto, pero no había comprendido su significado. ¿Tenía miedo de que cambiara de idea y se llevara a la niña lejos del parque? Tenía la sensación de que, a su alrededor, caminaba con pies de plomo. Era muy diferente del hombre decidido y resuelto que había conocido y amado. Quizás lo que le daba miedo fuera no poder proteger a Olivia si su identidad oculta era descubierta. A lo mejor vivía una pesadilla ante el temor de que sucediera lo inesperado y ella desapareciera. Necesitaba respuestas a tantas preguntas que no sabía ni por dónde empezar.

1 comentario:

  1. Muy buenos capítulos! Quiero que hablen y se confiesesn de una vez! Se mueren el uno por el otro!

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