viernes, 20 de enero de 2017

Destinados: Capítulo 14

—El jefe es un hombre crecidito y comprende esas cosas. No se habría ofrecido a llevar a Nico si no hubiera pensado que podía ocuparse de él.

—Sin embargo…

 —Sin embargo, quiere estar disponible por si sus miedos se hacen realidad.

Ella asintió.

—Podemos ir a montar mañana y llevarnos a Nico. ¿Qué le parece?

—Genial —repuso ella y respiró hondo—. Es usted un hombre muy comprensivo.

—Los guardabosques tenemos que serlo. ¿Ha desayunado ya?

 —No. Tenía el estómago cerrado, pero ahora tengo hambre.

—Vayamos al comedor. Así, si el jefe manda un SOS, estará aquí para ocuparse de Nico.

Su sugerencia hizo que Paula se sintiera mejor. Después de un copioso desayuno, su conversación sobre las atracciones del parque tomó un giro más personal. Matías bebió su café y la miró por encima de la taza.

—¿Qué hará cuando regrese a Florida?

—Voy a buscar trabajo. Antes de que saliéramos hacia aquí, dejé el que tenía para poder estar cerca de Nico.

—¿Hay alguien especial en su vida?

—¿Además de Nico?

Él asintió.

—Lo hubo, pero rompí nuestro compromiso.

—¿Hace cuánto tiempo?

—Un año.

—¿Antes de que perdiera a su hermano?

—Dos semanas antes.

—Debió de ser un momento horrible.

—Lo fue —afirmó ella y lo miró con curiosidad—. ¿Y usted?

Matías  no fingió no comprender la pregunta.

—Yo me divorcié hace tres años.

—Siento que no funcionara.

—Durante mucho tiempo, yo también lo sentí. Pero hay que superar las cosas.

Paula adivinó que Matías había sufrido mucho. Quizá, lo intuyó porque ella misma había pasado por una traición hacía poco.

—Eso intento hacer yo, pero Santiago no lo acepta.

—¿Y eso la complace en cierta forma?

Aquel Rossiter tenía un buen instinto para conocer a las personas, pensó ella.

—Supongo que alimenta mi ego el que Santiago insista en que su infidelidad fue un error y en que quiere volver conmigo. Todavía no he sido capaz de afrontarlo, pues el problema de Nico ha sido más acuciante.

Matías dejó su taza vacía y apoyó los brazos en la mesa.

—Adivino que por eso está aquí.

—Sí. El terapeuta dijo que Nico necesitaba cerrar este capítulo de su vida.

—¿Acaso no lo necesitamos todos? —murmuró él con gesto compasivo.

—Hasta ahora no me había dado cuenta de que la muerte de mi hermano y mi cuñada ha afectado a muchas más personas además de a Nico y a mí —confesó ella e inclinó la cabeza—. Ayer me dejé llevar por mi dolor y arremetí contra el señor Alfonso, sin conocer los hechos. Ahora me avergüenzo de ello. Fui cruel y él no lo merecía. Cuando he visto lo encantador que fue con el niño anoche y esta mañana, me siento fatal por mi comportamiento. Es un hombre maravilloso.

—Es probable que no le dijera nada que él mismo no se haya dicho cientos de veces —señaló él tras una breve pausa—. Dígame algo: ¿cómo cree que habría reaccionado su hermano si el jefe le hubiera ordenado que bajara de El Capitán a punta de escopeta?

—Conociendo a Gonzalo, habría pensado que nadie tenía derecho a obligarle. En el calor del momento, era probable que hubiera querido pelear con él.

Su acompañante asintió.

—El jefe lo podría haber obligado, pero eso va contra la política del parque. Desde el accidente, eso le ha quitado el sueño. La próxima vez que surja una situación similar, se tomará la ley por su mano para proteger al próximo turista cabezota, aunque eso signifique perder su placa de guardabosques.

—Y usted estará allí para ayudarlo, ¿Verdad?

—Eso es —repuso Matías, sonriendo.

—Gonzalo fue un tonto.

—¿Alguna vez ha pensado que había llegado su hora?

—Sí. Es lo único que me ha ayudado. Pero, quizá, debería iniciar una campaña para cambiar la política del parque. El señor Alfonso no debería estar sufriendo por algo que él no había podido evitar.

—Tanto si lo dice en serio como si no, ¿Qué le parece si lo hablamos mientras damos la caminata que pensaban hacer ayer? —propuso él y se levantó de la silla—. El campo está lleno de flores. Está cerca de aquí y se tarda menos de una hora.

—Me gustaría. El día está despejado y necesito hacer algo para sacarme a Nico de la cabeza hasta que regrese.

No hay comentarios:

Publicar un comentario