lunes, 9 de enero de 2017

Identidad Secreta: Capítulo 54

—Menos mal que aún no saben nada.

—Está claro que no, pero esos asesinos son los mejores rastreadores del mundo. Aunque llevo tres años aquí sin sufrir ningún incidente, algún día una pista los traerá a Yosemite. Saber que Al-Qaeda no ha cesado en su persecución nos obliga a tomar medidas.

—¿Exactamente qué quieres decir? —ella lo miró a los ojos.

—Que esta amenaza no va a desaparecer. Cuando le digamos a Oli que vamos a casarnos, tendremos que hacerle saber cuál es la situación y que puede que nos veamos obligados a cambiar de identidad y lugar de residencia sin previo aviso. Mientras tanto, tú y yo debemos decidir si, de momento, seguimos en Yosemite o no.

—Por el peligro en que pondríamos a todos.

 —Sí. Nuestros amigos. Tus padres.

—¡Pepe! —ella lloró contra su pecho.

—Mi angustia es saber cómo protegernos a todos —él la acunó con ternura.

—Estamos juntos otra vez, ¿Verdad? —ella al fin alzó la cabeza.

—Sí.

—Y eso es lo más importante. ¿Tenemos tiempo para decidir qué vamos a hacer?

—Sí, sí, ¡Sí! —los ojos de Pedro ardían de amor—. Eres fuerte, Pau. Lo conseguiremos.

Sus labios volvieron a fundirse en el instante en que alguien intentó abrir la puerta.

—Cuando volvamos a tu casa —la soltó a regañadientes—, lo retomaremos donde lo hemos dejado. Pero ahora, ¡Disfrutemos de la fiesta! — exclamó antes de colocarse de nuevo la careta del disfraz.

—Lo siento —balbuceó Paula, ruborizada, al encontrarse a la esposa de Leonardo junto al fregadero de la cocina.

—No pasa nada —la otra mujer, disfrazada de vampiresa, sonrió mientras le entregaba un pañuelo—. Toma, se te ha corrido el maquillaje.

Pedro  se echó a reír mientras tomaba el pañuelo y le arreglaba el maquillaje.

—¿Sabes que todos los hombres de esta habitación me envidian? —proclamó al volver con ella al salón.

—Gracias por el cumplido. Ojalá pudiera decir lo mismo, pero estoy de acuerdo con que Mati  se llevara el premio al disfraz más abominable. Ustedes dos deberían ser exterminados.

Los dos se echaron a reír, atrayendo la atención de Olivia, seguida de Nico, que lanzaba conjuros a diestro y siniestro. Se quedaron perplejos ante la presencia de dos personificaciones de la muerte en la misma habitación.

—Hola, cielo —Pedro tomó a su hija en brazos.

—¡Papá! —gritó ella mientras lo abrazaba con fuerza—. ¿Cuándo has llegado?

—Hace un rato. Entré por el garaje de Leonardo.

—Tengo que decirle a papá que estás aquí —Nico lo miraba espantado.

Todos se sintieron aliviados ante el regreso de Pedro. Pero nadie tanto como Paula. Mientras Nico iba en busca de sus padres, Olivia le enseñó los vales de helados que habían ganado. Pedro era como un imán. Los demás guardabosques se congregaron en torno al ponche para hablar con él. A Paula no le importó. Nada importaba, porque había vuelto. La idea de que en poco tiempo estarían a solas la inundó de calor por dentro. Menos mal que no se había quedado en su casa lloriqueando, tal y como había deseado, igual que Olivia. Su llegada había convertido aquello en una verdadera fiesta que siguió durante otra media hora más antes de que algunos de los guardabosques se ausentaran para cubrir sus turnos. Matías reunió al grupo de seis y, tras despedirse de sus anfitriones, se encaminaron juntos hacia sus casas. Todos coincidieron en que había sido el Halloween perfecto. Los niños protestaron cuando Paula y Romina les recordaron que había colegio al día siguiente y que debían irse a la cama. Las dos familias se separaron al llegar a la esquina.



Estos capítulos se los dedico a @LauSilverB que hoy es su cumple, Lau felíz cumple, un beso grande y  espero que te gusten los caps.

1 comentario: