viernes, 13 de mayo de 2016

Dos Vidas Contigo: Capítulo 69

Vió que los ojos de Pedro se alteraban mientras ella hablaba y se dió cuenta de que hasta ese momento, él no había estado seguro de que ella fuera a perdonarlo. Ella tampoco lo había estado, pero también se dio cuenta de que gran parte de su furia se había esfumado.

Él no dijo nada durante unos momentos y ella se alegró de que no menospreciara su preocupación.

-No -dijo Pedro por fin-. Si sólo sintiera lo mismo que Pablo, detestaría que trabajaras fuera de casa, pero eso no me importa lo más mínimo.

-Entonces, no sientes sólo lo que sentía Pablo.

Él negó con la cabeza.

-Eso también me preocupó al principio, pero ahora... te quiero, Paula.  Yo, Pedro. Tendrás que creerme porque nunca podré demostrártelo. Voy a necesitar este corazón el resto de mi vida.

Ella tragó saliva y quiso arrojarse en sus brazos, pero aquellas palabras le habían despertado un temor nuevo.

-¿Cuánto tiempo? ¿Cuánto dura un corazón transplantado?

Ella había amado a Pablo y él había muerto, pero sabía que si aceptaba lo que Pedro le proponía y luego él moría, ella no podría soportarlo.

-Tengo la esperanza de hacerme viejo contigo, si compartes tu vida conmigo -contestó él con una mirada rebosante de cariño-. En estos momentos, los receptores llevan una vida normal y productiva. Hay un hombre en Inglaterra que sigue como un roble después de veintidós años. Tienes que tener en cuenta que hay otros receptores que son mayores que yo o que tienen otras complicaciones médicas -volvió a sonreír-. Me temo que soy una especie de conejillo de indias para mis médicos. Yo era un hombre joven y sano y recibí un corazón joven que todos esperamos que funcione bien durante bastante tiempo.

-¿Y el rechazo? ¿No puedes caer enfermo?

-Tendré que tomar medicamentos contra el rechazo siempre e ir dos veces al año al hospital para una revisión -lo decía con un tono de paciencia, como si se hubiera esperado las preguntas-, pero mi dosis de medicamentos en muy baja. Me controlo a mí mismo para ver signos de empeoramiento, tengo una dieta sana y no bebo alcohol. No puedo tomar el sol porque tengo riesgo de cáncer de piel y soy muy disciplinado con mi programa de ejercicios. Aparte de algunas pocas cosas, mi forma de vida no es distinta a la de cualquier hombre que hayas conocido, Paula.

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