domingo, 8 de mayo de 2016

Dos Vidas Contigo: Capítulo 51

Ella también sonrió y se dio cuenta de que los dos llevaban puesta casi toda la ropa.

-Me habría gustado dormir contigo la noche pasada. Quería abrazarte y no soltarte -aquellas palabras inspiraron imágenes de ternura en la mente de Paula-. Pero después de eso, esto es lo mejor.

-Mmm -ella no quería hablar ni moverse.

Él le quitó la blusa y empezó a rascarle la espalda hasta que ella se arqueó como una gata. Le encantaba que le hicieran eso... ¿Cómo lo había sabido?

-¿Por qué has hecho eso? -le preguntó con un tono apagado-. Me encanta que me rasquen la espalda... después...

-Después de que me hicieras el amor -terminó él con un tono de satisfacción-. No lo sé, me ha parecido lo más apropiado para la ocasión.

-Lo era.

Una pregunta le daba vueltas en la cabeza, pero no podía separarla de la sensación de saciedad que los envolvía y se olvidó de ella.

-Paula... -él seguía acariciándole la espalda-. Detesto sacar a colación cuestiones prosaicas, ¿pero te das cuenta de que no hemos tenido en cuenta la protección?

Ella sacudió la cabeza contra su hombro.

-No importa, estoy tomando la píldora.

-Ah.

-Después de que naciera Pablito, mis períodos empezaron a ser irregulares y el médico me dijo que probara este método -ella sintió la necesidad de darle una explicación ante la lacónica reacción de Pedro.

-¿No te importa que yo no me haya puesto nada?

Ella se sentó lentamente.

-¿A cuántas mujeres le has hecho esto durante los últimos dos años?

-A ninguna.

Ella se quedó atónita.

-¿A ninguna sin protección?

-No. A ninguna en absoluto.

-¿Por qué? -lo soltó sin pensárselo-. Estás soltero, estás sano y no puedes decirme que no te interesan las mujeres.

-Hacer el amor debería ser algo más que quitarte las ganas -contestó él sin perder la calma-. Nunca fuí un depredador, pero después del accidente me dí cuenta de que todo, hasta lo más mínimo, es importante y debería ser muy valioso.

Ella contuvo la respiración como si esperara que él dijera algo más, pero se quedó en silencio. ¿Eso quería decir que ella significaba algo para él? No podía seguir ese razonamiento porque le daba miedo a dónde podía llevarla.

De acuerdo, había sido una estúpida al pensar que podría mantenerse alejada de sus abrazos. Nunca había tenido un asunto amoroso en su vida, pero ya lo tenía, fuera sensato o no. La cuestión era que un asunto amoroso solía ser una relación poco duradera y Pedro era cada vez más importante para ella.

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