domingo, 28 de febrero de 2016

Necesito Tu Amor: Capítulo 53

—No.

—¿Por qué?

—Acabo de empezar —él podía imaginarse a qué se refería-— Me someteré al procedimiento en menos de tres semanas si mi cuerpo sigue el ciclo normal.

Ella no esperó su reacción. Ya sabía lo que quería, un niño, y ella era necesaria para eso.

Nada más. A veces, por la noche, cuando la acariciaba con una ternura que hacía que se le saltaran las lágrimas, ella se auto convencía de que realmente significaba algo para él. Pero no era así, y cuanto antes lo aceptara, antes dejaría de dolerle su indiferencia.

Pedro vió a Paula marchar y quiso llamarla de nuevo, pero ¿qué decir? No le gustaba que ella tuviera que someterse a un tratamiento médico para tener a su hijo, le hacía sentirse menos hombre. Además, tenerla como testigo mientras luchaba por volver a la normalidad cada vez se le hacía más difícil. Ella lo trataba como a un inválido. Había pasado de reprocharle que no trabajaba lo suficiente para mejorar a regañarlo por esforzarse demasiado.

El único momento en que se sentía como su marido era cuando le hacía el amor por la noche. Entonces no importaba que no tuviera control sobre sus piernas. Ella respondía a las caricias con tal pasión que pronto se volvió adicto a los sonidos de placer que ella emitía, y al tacto de su cuerpo cuando se convulsionaba. Era tan gratificante, que era como si encontrara su propia satisfacción.

Según Tomás, esa podría ser la única gratificación que Pedro tuviera. Al final había decidido hablar con su fisioterapeuta y le había confiado sus dudas acerca de recuperarse en esa área. Él le había dicho que, en la mayoría de los casos, la recuperación era total, pero que unos pocos hombres, aún después de haber recuperado la movilidad, eran incapaces de mantener una erección.

El miedo a estar en ese grupo le hizo ser brusco con Paula. Ella era su esposa, su mujer, la amaba. No sabía cuándo se había dado cuenta de ello, pero sabía que la había necesitado desde el momento en que la vió en la habitación del hospital en Nueva York.

Quería estar completo para ella, y eso significaba entregarse al máximo a la rehabilitación, esforzarse e intentar andar aunque resultase humillante caer una y otra vez. Si no abandonaba en su empeño de estar completo para Paula, no sería derrotado.

Paula apenas vió a Pedro en las semanas siguientes. No lo acompañó durante las sesiones de fisioterapia y él no la buscó después. Tuvo tres cenas de negocios esa semana y, los días que cenaron juntos, ella mantuvo la conversación centrada en los planes de su madre de celebrar su boda.

Paula evitó las conversaciones íntimas para no ponerse en situación de ser rechazada.

Pedro parecía también evitarlo y se acostaba mucho más tarde que ella cada noche. Una noche la despertó cuando él se acostó y ella le dijo que estaba muy cansada. Ella no quería pasar por la mezcla de dolor y pasión que significaba hacer el amor con él, y él no había insistido.

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