viernes, 26 de febrero de 2016

Necesito Tu Amor: Capítulo 49

—Mi hermano ha dejado claras sus preferencias.

—¿Estás diciendo que te mentiría?

—¿Por tí? Tal vez.

—Eso es ridículo.

—¿Sí? Mi hermano no oculta su admiración por tí.

Ella lo miró a los ojos y allí vió ira y algo más.

—Estás celoso —dijo, sorprendida.

El señaló la silla y la miró:

—¿Es eso tan sorprendente?

Pues sí, lo era.

—No me casé con Fede —nunca lo había deseado. Sólo a Pedro.

—Y a pesar de todo, encuentras agradables sus cumplidos sobre tu cuerpo en traje de baño.

—¿Acaso tenía que haberme ofendido?

La respuesta era obvia.

—No debes desear la admiración de otro hombre que no sea yo.

—No deseo su admiración, pero eso no significa que si alguien me dice algo bonito le mande callar. Él es mi hermano ahora.

—Y yo soy tu marido.

¿Cómo había empezado aquella tonta discusión?

—¿De verdad crees que aparté a Giuliana de tí para tenerte sólo para mí?

Sus sensuales labios hicieron una mueca.

—No. Lo dije porque estaba enfadado.

Ella recordó otro ataque de celos y sonrió.

—Estabas celoso.

Él suspiró y admitió entre dientes:

—Sí.

Ella sonrió e hizo algo que nunca había hecho. Se sentó de golpe en su regazo y lo abrazó para besarlo en la barbilla y recostar su cabeza sobre su pecho.

—No lo estés. No tienes ningún motivo.

Sus brazos la rodearon en un abrazo tan fuerte, que casi resultaba doloroso. Luego aflojó un poco la presión, pero siguió abrazándola y frotando su mejilla contra su pelo.

—Cara.

Así permanecieron durante varios minutos antes de bajar a cenar.

Pedro entró en la habitación después de responder a unas llamadas internacionales y encontró a su esposa durmiendo con las manos bajo la mejilla como una niña pequeña.

Aún no se había recuperado del gesto tan espontáneo de sentarse en su regazo porque había significado mucho para él. Se había sentido como si tuviese el mundo entero entre sus brazos, pero el sentimiento no había sido del todo placentero por la falta de independencia emocional que implicaba. Eso nunca le había pasado antes, y desde luego, no con Giuliana.

Se metió en la cama. Su movilidad había mejorado mucho en la última semana, pero aún no podía andar y las cosas que había considerado evidentes ahora se revelaban como acciones imposibles. En ese momento habría deseado atraer a Paula a sus brazos. Por fin lo consiguió, después de muchos esfuerzos.

Pero merecía la pena con tal de sentir su cuerpecito acurrucado contra él, tan confiada.

Inmediatamente se abrazó a él, como si hubieran dormido juntos durante años, y no sólo una noche. Tal vez ella lo hubiera soñado, como había hecho él...

3 comentarios:

  1. Ayyyyyyyyyy, re lindos los caps, re tiernos.

    ResponderEliminar
  2. Hermosos capítulos! Amo que Pedro tenga celos, mientras no la insulte ni la lastime, Paula no se lo merece!

    ResponderEliminar