-Vamos -le gritó el tipo enloquecido al novio, moviendo el cuchillo en el aire-. i Ya te dije que, si ibas a casarte con Sofía, primero tendrías que pasar por encima de mí!
Pedro evaluó la situación. El hombre se hallaba justo debajo de él. Podría anunciarse y desenfundar el arma, pero eso no le gustaba en una iglesia. Su mirada registró la silla plegable de metal que el operador había dejado y se le ocurrió la solución.
Paula tenía el corazón en un puño. Recordó algo que le había comentado Cecilia sobre un ex novio extraño de Sofía. Tragó saliva. Por los ojos desencajados del hombre y el tamaño del cuchillo, alguien iba a resultar herido.
Un movimiento en la galería llamó su atención. El encargado de grabar la ceremonia lo estaba filmando todo, y... se atragantó... Pedro Alfonso sostenía una silla plegable sobre la cabeza del loco. Cuatro segundos más tarde, todo se terminó. ..el cuchillo cayó sobre la alfombra y el hombre yació de costado, gimiendo con un corte en la frente. Varios invitados varones saltaron para inmovilizarlo.
Al ver la sangre su entrenamiento se activó. Se abrió paso entre la multitud.
-Perdón, soy enfermera. Perdón. Pasó por encima del cuchillo y se arrodilló para inspeccionar al hombre con la herida. Percibió a Pedro detrás de ella. Tenía la propensión de estar siempre cerca. ¿Cuándo había empezado a gustarle eso?
Él recogió el cuchillo con un pañuelo y lo envolvió. Irradiaba autoridad.
-Todo el mundo atrás -ordenó. Sacó unas esposas y se arrodilló-. Eso va también para tí -le susurró al oído.
-Puede que tenga una contusión. -Puede que también tenga ideas violentas. y si intentara herirte, tendría que pegarle un tiro. Así que, por favor -añadió con una son- risa-, hazte a un lado mientras lo esposo.
Paula consideró negarse, pero se sintió conmovida por la sinceridad de su expresión , Pedro la hacía sentir... segura. y muy, muy excitada. Tragó saliva y luego se apartó.
-¿Quieres sostener esto un segundo? -pidió, extendiendo el cuchillo cubierto.
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