Una Llamada Inesperada: Capítulo 27

En el dormitorio de Pedro hacía tanto calor como en un horno. El casero había prometido que su edificio sería el siguiente para la reparación del sistema de aire acondicionado, pero la reparación nunca llegaba. Sacó las piernas por el costado del colchón de agua, luego se acercó a la ventana y la abrió en un vano intento de que entrara algo de brisa.

Aún no había conseguido dormir. Su mente no paraba de repetir los acontecimientos de las últimas veinticuatro horas, que todavía parecían demasiado fantásticos como para creer en ellos. La única conclusión a la que había llegado era que su conducta al teléfono la noche anterior había sido abominable. Lo peor era que no lo lamentaba tanto como debería, en parte porque la mujer lo intrigaba y en parte porque también lo enfurecía.
Se pasó la mano por la cara. Pero la excentricidad de Paula Chaves no lo exoneraba. Volvió a dejarse caer en el colchón de agua. .. justo en el momento en que sonó el teléfono.

Se irguió de un salto con el corazón desbocado, luego rió. Había comprobado el número de teléfono de Tomás Trainer y descubierto que el suyo solo difería por un dígito. ¿Qué posibilidad había de que ella hubiera vuelto a marcar mal? Además, había dicho que Tomás estaba fuera de la ciudad. Seguro que era de la comisaría, y, como no podía dormir, ¿por qué no entrar de servicio algunas horas antes?
A la tercera llamada contestó. -¿Hola?
-Oh. Hola, soy... yo. Al instante, reconoció la voz y su cuerpo se agitó.
-No esperaba encontrarte en casa -explicó ella-. Iba a dejarte un mensaje.
Podía decirle que se había equivocado y colgar. jamás sabría que era él. Podía hacer lo correcto en ese momento.
-¿Cuán. ..cuándo has vuelto a la ciudad? -inquirió Paula.
O podía hacer lo que quería. Tragó saliva y apartó el auricular de la boca:
-Hace poco. Volví porque... porque no me sentía bien --contuvo el creciente sentimiento de culpa. Ese día había sacado un informe breve de Tomás Trainer para descubrir lo básico de la vida del hombre: trabajo, dirección e historial. ¿Paula conocía todo sobre su novio?
El historial de ella era impecable, incluyendo ser voluntaria de la Cruz Roja.
-¿Las alergias te han vuelto a molestar? - preguntó.
-Hmm, supongo -logró toser.
-Me parecía que tu voz sonaba algo extraña, pero lo achaqué al teléfono nuevo. Si te encuentras mal, lamento haberte despertado. Puedo esperar hasta que te sientas mejor.
-jNo! -prácticamente gritó-. Quiero decir, hmm, ya estaba despierto y me alegro de que hayas llamado.
-En realidad, llamo para disculparme - murmuró.
-¿Por qué? -se humedeció los labios resecos.
-Por... perturbarte la otra noche.
-No te disculpes -sonrió-. Dis... disfruté.
-¿Sí?
-He estado pensando en ello todo el día.
 -¿Sí?