viernes, 17 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 52

Se inclinó y comenzó a frotarse los pies con la esponja en pequeños círculos. El agua, el movimiento rítmico, el jabón aromático. Poco a poco subió a los tobillos, a las pantorrillas, a los muslos, preguntandose si Pedro iría lentamente o se apresuraría en complacerla.


Lo que desees, Paula. Estoy a tus órdenes
Era tan terrenal. Decididamente un hombre en sintonía con su cuerpo. Su tamaño le provocó un escalofrío de placer. Su boca... besaba de maravilla, con fuerza, firmeza e insistencia. Levantó la cabeza y permitió que el agua cayera en su boca y correara por la barbilla. Reanudó el masaje y de forma metódica avanzó por los muslos, los glúteos el estómago, dando círculos en torno al ombligo.
"Felíz cumpleaños, Pedro. Cerró los ojos e imaginó que le ofrecía un espectáculo solo para él. Se hallaba fuera de la ducha: con su uniforme y únicamente podía observar a través del cristal empañado.

Con la esponja se tocó los pechos y siguió su contorno, yendo hacia dentro con movimiento lento y firme.
Te gusta?


Él solo pudo asentir, lo cual la hizo sonreír, complacida con su poder femenino. Un hombre tan fuerte y grande tan maleable en sus manos.
Se pasó la esponja por los pezones y gimió, frotándose hasta que se pusieron tensos. Luego quitó la ducha de su soporte, la puso en modo vibratorio  y eliminó el jabón del cuerpo desde el cuello hasta la cintura, demorandose en los muslos antes de inclinarse en una postura seductora para brindarle un ángulo asombroso mientras terminaba con las pantorrillas, los muslos y los tobillos
Ven aquí. Quiero tocarte."

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