miércoles, 15 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 44

En absoluto-se agachó para acariciar al animal- es guapo, ¿verdad?
-Sale a mí-sonrió Pedro. Ella le sonrió con ironía, intentando resistir su encanto. Pero su energía la absorbía. En su estado débil, despues de dar vueltas en la cama y de un turno muy ajetreado en el hospital, estaba susceptible. La inmunidad que tenía con Pedro la asustaba.
-Temía que cambiaras de idea- dijo él. Paula acarició una vez mas al perro y se levantó.
-No. Lo que pasa es que hubo un caso urgente en el último momento.
-Eso me ha dado tiempo para avivar el apetito- se frotó el estómago.
Paula apostaba que podía comer mucho. Por las clases de nutrición que había dado, calculó su peso, incorporó su probable nivel de actividad y obtuvo una cantidad astronómica de calorías que necesitaría a diario para mantener su complexión. ¿ un perrito caliente? seguro que podría comerse una docena.
Pero se conformó con dos para él y uno para Crash. Paula pidió uno y buscaba dinero en el bolso cuando se dió cuenta de que Pedro había pagado la comida y los refrescos.
-Se suponía que invitaba yo-protestó.
-Esta vez me toca a mí-recogió la comida- ¿Te importa tirar de Crash?
Sintiendose un poco tonta, agarró el asa del carrito y siguió a Pedro hasta una mesa de picnic bajo un árbol enorme.
-¿Te parece bien aquí?
-Claro -Los latidos del corazón se le aceleraron sin motivo... No tenía razón para estar nerviosa. No se trataba de una cita ni nada semejante
-¿También eres fotógrafa? - preguntó él, indicando el estuche de la cámara.
-Aficionada- se ruborizó- es una vieja cámara manual de 35 FFIFFI, pero saca fotos decentes. Hace tiempo que quería sacar algunas del parque-tampoco anadió que una sesión de fotos ayudaba a justificar que su encuentro le resultara menos parecido a una cita
-¿Sacarías una de Crash?- inquerió-he puesto un anuncio, pero habría mas posibilidades de encontrar a su dueño si incorporara una foto- la vió titubear- te pagaría, desde luego.
-Tonterías- se sintió boba- le sacaré algunas encantada si ello significa que ayudará a que se reúna con su dueño.
-Gracias-su sonrisa fue peligrosamente placentera.
-¿Hoy no trabajas?-señaló su ropa.
Él asintió y distribuyó  la comida para que pudieran sentarse cara a cara. La mesa de picnic brillaba con una mano reciente de pintura verde
-Hice eI de la mañana.
-Debes de estar cansado- se sentó.
Pedro se encogió de hombros y un montón de músculos se movieron. Paula apartó la vista.

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