sábado, 18 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 58

-Es una pena que no hayas podido romper con Tomás antes para que hubieras podido traer a ese macizo uniformado a la boda.
Pensaba tornarse un descanso con los hombres. Salir con ellos, incluso mirarlos, había despertado su lado oscuro. Necesitaba tiempo y espacio para recuperar la objetividad.
-¿Crees que tú o yo seremos novias alguna vez? -preguntó Cecilia con añoranza.
-Probablemente. Algún día. ¿Cómo van las cosas con el doctor Baxter?
-Aún no le he dicho cómo me llamaba - hizo una mueca.
-¡Cecilia!
-No puedo evitarlo.
-¿No es sexista?
-Lo sé, lo sé. Voy a contárselo, sin importar lo bochornoso que sea. -Bien.
Terminó de rizarle el pelo y echó un vistazo por la habitación, contemplando a las mujeres felices y ajetreadas. Reinaba excitación, felicidad, optimismo.
Anhelaba eso. Anhelaba un amor verdadero y estar embriagada de felicidad. y algún día
iba a tenerlo... siempre que sus hormonas hiperactivas no se interpusieran.
Temía la charla con Tomás, pero estaba agradecida por una cosa. ..había dejado a Pedro Alfonso el día anterior en el parque con una negativa firme, y si le enviaba por correo las fotos del perro, no veía ningún motivo para que volvieran a encontrarse.
Pedro  pasó por delante del tablero de asignación de puestos media docena de veces, y en cada ocasión se prometió no mirar. y lo cumplió. Hasta la séptima. Entonces, para satisfacer su curiosidad morbosa, leyó la lista de iglesias que necesitaban control de tráfico para ese día.
.St.. Michael's Church, boda ]anus-Baker, ~ 10:30. Boda Alexander-Childers, 15:30. Boda Piper-Matthews 19:30. Dos oficiales, dos horas por cada ceremonia" .
Paula  estaría en la boda Alexander-Childers por la tarde. Quizá si pudiera verla en compañía de su novio, ver cómo miraba a Trainer, cómo lo adoraba, podría desterrar esa compulsión de estar cerca de ella.
Se juró que acataría lo que dictara la providencia y que tacharía a Paula Chaves de su vida  si los puestos ya habían sido asignados. Se dirigió al policía que ayudaba a destinar a los policías fuera de servicio a los puntos de ayuda a la comunidad.
-¿Están completos los puestos de St. Michael para hoy? -preguntó con tono indiferente.
El joven pasó un dedo por una cuadrícula.
-Queda un puesto para la boda de las siete y media. ¿Te interesa?
Decepcionado, Pedro se quedó quieto. Había prometido respetar lo que surgiera. Con el tiempo conseguiría quitarse a Paula de la cabeza. Solo era una atracción física, aunque poderosa.
-¿Alfonso? -preguntó el otro, agitando una ,mano para captar su atención-. ¿Lo quieres?
Disgustado consigo mismo por gustarle una mujer que había dejado bien claro que no estaba interesada en él, asintió.
-Me quedo con el turno de las siete y media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario