lunes, 13 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 36

Le clavaría un bisturí si supiera que él conocía los sonidos que emitía cuando alcanzaba el orgasmo.
-y -añadió Paula- tendrá que comer algo en cuanto hayamos terminado.
No insistió, solo porque tenía la promesa de que esa noche volvería a llamarlo, siempre y cuando no hubiera descubierto que marcaba un número equivocado. Además, cuanto más tiempo pasaran juntos, más probable era que reconociera su voz. Pero también sabía que sus encuentros nocturnos estaban contados,. ya que su novio la llamaría pronto y ella no tardaría en descubrir su error.
Cruzó sus extraordinarias piernas mientras marcaba algo en el formulario de donación. Era infinitamente más sexy que la bailarina que habían contratado sus compañeros.
Se inclinó sobre él y le pasó una banda elástica por el brazo, encima del codo. Llevaba el pelo recogido, añoró verlo cayendo sobre sus hombros, como estaría esa noche cuando lo llamara.
Los dedos le rozaron la piel con la suavidad de una mariposa y, para su propia sorpresa, . comenzó a excitarse. Apoyó el gorro sobre su regazo de la manera más discreta posible para ocultar la evidencia, pero ella vió el movimiento y frunció el ceño.
Apartó la vista y se puso a silbar hasta recuperar otra vez el control. Paula era adictiva.
Le giró el brazo y con algo de dolor movió el dedo sobre una red de venas.
-Ahí hay una buena -comentó con una leve sonrisa.
Desde luego, cuando alzó la aguja que iba a clavarle, Pedro supo por qué sonreía.
-Con cuidado -pidió-. Soy sensible a... ¡ayyyy!
Al fin recibía esa sonrisa radiante.
-No le dolió, ¿verdad?
Hizo una mueca cuando insertó el tubo que conducía a una bolsa de plasma en el extremo de la aguja.
-No mucho más que un golpe en el ojo. -Como tiene la presión alta, la sangre debería salir con facilidad -afirmó ella con alegría.
-¿Se supone que eso es bueno?
-A menos que lo atropelle un coche de policía.
-¿Y me llevarían ante usted?
-Yo ayudo a cualquier persona que entra en urgencias -manifestó-, incluso a una impertinente y mandona.
-Oh, pero a veces puedo ser un animal - movió las cejas.
-Dedíquese a donar sangre, ¿quiere?
Pero parecía complacida de haberle provocado una erección. El problema era que con tanto toqueteo y ajuste, la erección empezaba a ser excesiva. Estaba impaciente por que lo llamara esa noche.

4 comentarios:

  1. woooooooooooooooooooow quiero leer ya esa charla telefonica ... muuuy buenos los capitulos Naty

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  2. quiero que sepa Pau con se confundio a Thomas jajajajajaja!!

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  3. Ayyyyyyyyyy, qué lindo, se va a armar cuando sepa la verdad Pau jajajaja

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  4. Geniales estos capítulos! Quiero que Pau sepa ya la verdadera identidad del que llama a la noche! ahí se arma!

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