miércoles, 15 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 45

-No estoy habituado a dormir mucho, padezco de insomnio.
-Yo también.- ella parpadeó.
Le pasó el perrito caliente en un plato de plástico.
-Probablemente se debe a nuestros trabajo, a los cambios de horario, al estrés. Tú eres enfermera... ¿Como te ocupas de tu insomnio?
Paula se atragantó con el sorbo que dió al refresco.Mantengo sexo telefónico con mi novio, mientras pienso en tí... inhaló aire. La semana anterior era casi una virgen frustrada, esa era un lujuriosa por teléfono.
-¿Tienes problemas para tragar? - Pedro ladeó la cabeza.
-Por lo general, no-se limpió la boca con una servilleta de papel.
-Bueno, ¿que me dices del insomnio?-intenta aliviar parte del estrés que entra en tu vida-masticó con cuidado y luego tragó- hago ejercicio, pero no parece ayudar mucho.
-¿Que me dices...-jugó con la pajita de tus relaciones personales?
-¿Que pasa con ellas?-dejó de masticar. Bueno, ¿tienes...alguna?
-Si me preguntas si tengo novia, no.
Paula guardó esa información en su subconciente y luego meneó la cabeza.
-Me refiero a amigos... compañeros de trabajo, vecinos.
-Conozco a muchas personas, pero no sé si podría llamarlos amigos a todos.
-Bingo. Me dijiste que tenías una buena relación con tu familia y que no está cerca. Lo mas probable es que necesites compañía emocional-lo vió enarcar una ceja. Se movió incómoda en el banco, vió al perro y eligió una escapatoria poco elegante- con Crash, se sabe que las mascotas ayudan a bajar la tensión y a aliviar el estrés.
-Es agradable tener a alguien en la casa- yo misma he estado pensando en comprarme un animal de compañía- reconoció.
-¿No vives con tu novio?
¿Cómo sabía que botón apretar? -no, estaba sola con un sofá como una piedra.
-De modo que no van tan en serio-los ojos le brillaron.
-No estamos prometidos, si quieres saber eso- aunque s relación progresaba tal como ella esperaba, quizá su madre podría ocuparse de los planes de boda en algún momento del futuro inmediato.
-¿Has estado casada alguna vez?-inquirió Pedro.
-No. ¿Y Tú? -Decididamente no. Muy bien. No había ambiguedad ahí. Desperdiciaba la tarde con una aventura sin salida cuando debería estar  consolando a su novio y explorando las dimensiones nuevas de  su relación.
Dió otro mordisco al perrito caliente, sabiendo que cuanto mas deprisa comiera, antes podría largarse de allí.

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