viernes, 17 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 53

Cerró el agua y salió de la bañera para secarse despacio y prolongar la tortura de él, pero cuando alzó la vista se había ido.
La oleada de decepción fue aguda, aunque de inmediato quedó controlada por la sensatez. Emitió una risa hueca. "Claro que se ha ido, aseveró su subconsciente. Los hombres como Pedro Alfonso no se quedan mucho tiempo".
Pero el cuerpo aún le temblaba por el estímulo recibido y sentía los pechos palpitantes. se dirigió al dormitorio. Se notaba lista...para salir de su piel. La luz del cuarto de baño proyectaba suficiente iluminación para llegar a la cama. Se tumbó sobre la sábana y se abrazó, cerrando los ojos ante las fantasías que danzaban en su mente. Pedo Alfonso se encontraba en ellas solo porque en el último par de días lo había visto demasiadas veces. Tenía frescos su cuerpo y su cara. Lo único que necesitaba era ver a Tomás, eso era todo. Para recordar su atractivo rubio, su complexión delgada, sus manos bien formadas. Se dió vuelta y contempló el teléfono en la oscuridad
Quizá la había llamado y no había podido dejar un mensaje en ese maldito aparato.
El vientre se le contrajo por el deseo acumulado. O lo llamaba o volaba sola con el beso de Pedro Alfonso en la cabeza. Alargó la mano hacia el teléfono.
Aunque el ventilador había refrescado bastante el dormitorio, Pedro permanecía despierto, con el cuerpo fatigado pero nervioso. Había necesitado de toda su voluntad para no ir tras Paula ese día. Nunca antes un beso lo había sacudido tanto. Estaba encaprichado con esa mujer. Suspiró y se pasó una mano por la cara. No había un buen final para su situación, al menos no para él.
Cuando sonó el teléfono, giró la cabeza en la almohada y rezó.No era normal que pidiera ser conducido otra vez a esa tentación. Alargó la mano en la oscuridad, levantó el auricular y lo tapó con un pañuelo, por las dudas
-¿Hola?-contuvo el aliento en el silencio
-Hola. Soy Paula.
-Me alegro-soltó aliviado. Ella emitió un sonido felíz que le cerró el estómago
-¿Has intentado llamarme?
-Iba... Iba a hacerlo-musitó con cautela. Ella ya lo había rechazado cuando le pidió una cita. ¿Que podía creer?
Sus besos robados. Su respeto. Sus llamadas.
 -Acabo de salir de la ducha-susurró Paula- reinaba  tanto calor aquí que tenía que  hacer algo para refrescarme.
Él  gimió,  "una última vez" se prometió. Paula era tan increíblemente sexy y la diversión terminaría el domingo por la noche cuando regresara su novio, si no antes.
-El problema-continuó ella- es que aún estoy caliente.
La erección de Pedro tensó los calzoncillos azules.
-Aquí hace mas calor por momentos, ¿Que llevas puesto?
-Una toalla, ¿y tú?
-Nada-repuso despues de quitarse los boxers- Dios, no he sido capaz de apartarte de mis pensamientos.
-Me preguntaba...  ¿Que te parece el... sexo oral?
-Estoy a favor-tragó saliva.

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