sábado, 18 de abril de 2015

Una Llamada Inesperada: Capítulo 55

-Supongo que viste mi nota-hizo una pausa expectante.
-Yo... -Estuvo a punto de soltar el teléfono- hmm...no.
-La dejé en el mostrador de la cocina.
-Ah -buscó una explicación- estaba oscuro cuando regresé a casa y ni siquiera encendí la luz.
-Oh, bueno.Solo quería hacerte saber que te había dejado sopa en la heladera.
-Has sido muy amable-Pedro frunció el ceño.
-Ha sido un placer. Me alegra oír que te sientes mejor. Imagino que eso significa que mañana irás a la boda.
Se quedó helado. ¿Tomás llegaría a tiempo para poder asistir?
-Eso... Pretendo. Siempre que no me vea atrapado en el... despacho.
-Oh -Musitó, claramente desilusionada. ¿Tomás la decepcionaría a menudo?
-Recuerdame otra vez donde está la iglesia-pidió con su mejor voz.
-Es la ST.Michael, tonto, ¿has olvidado que tí tiraste de algunos contactos para las invitaciones?
-Claro-hizo una mueca-pero no recuerdo la hora.
-A las tres y media-repuso con un suspiro
-Cierto-convino Pedro-a las tres y media- en la distancia sonó una sirena, apenas audible debido al ventilador.
Crash se desplomó sobre el suelo despues de un intento fallido de levantarse. Ladró varias veces, para terminar con un gemido... también él había oído la sirena. Como un beep Pedro agitó los brazos para silenciarlo, luego entró en el cuarto de baño y cerró la puerta.
-¿Que ha sido ese ruido?-inquirió Paula.
-La televisión-repuso, sentandose en el borde de la bañera-una serie de policías.
-Oh.
-¿Como ha ido el trabajo?-preguntó, en parte porque quería cambiar de tema y en parte porque deseaba saberlo.
-El doctor Story me vigila a la espera de que cometa otro error. Esta mañana me llamó para firmar el informe que redactó sobre el incidente con aquel policía del que te hablé.
-¿Oh? -Tragó saliva sintiendose culpable- quedará registrado en mi currículum. Bueno, supongo que saber que hiciste lo correcto deberá servirte de recompensa.
--Eh, ¿De que lado estás?-rió. Luego bostezó-lo siento, de pronto tengo sueño.
Pedro frunció el ceño. Deseaba poder decir lo mismo, pero tenía suficientes cosas en la cabeza como para mantener a una docena de hombres dando vueltas toda la noche. No quería colgar, aunque tampoco sabía como mantenerla al teléfono.
-Creo que será mejor que nos despidamos, entonces.
-Eso es gracioso.
-¿Que? -Captó un tono extraño en su voz.
-Suenas tan...diferente.
Arregló el pañuelo sobre el auricular y lo alejó aún mas de la boca.
-Es el constipado.
-No -Pareció atribulada-no me refiero a tu voz. Quiero decir... olvídalo.
-Paula -comenzó, dominado por la frustración-me encanta...hablar contigo.
Ella permaneció en silencio tanto tiempo, que Pedro temió que se hubiera quedado dormida.
-Buenas noches Tomás-murmuró al fin y colgó.

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