lunes, 31 de agosto de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 3: Capítulo 90

—¡Porque no podrías! —gritó ella.
—Entonces, ¿todo ha sido un juego? ¿Crees que estoy jugando contigo?
—Es posible —susurró ella.
—¿Es posible?
—Sí. Todo esto es fácil y divertido, pero cuando se complique, tú no estarás aquí.
Ella se puso a llorar al darse cuenta de lo que había dicho. Las semanas pasadas habían sido muy complicadas y él la había acompañado en todo momento. No había eludido ni una dificultad. Ella se había escondido, había tenido miedo de creer que podían quererla.
—Si piensas eso sinceramente —dijo él sin alterarse—, entonces me he equivocado de sitio.
Él se dió la vuelta para marcharse.
Fue como si estuviera ahogándose. En cuestión de segundos, Paula vió toda su vida pasar por delante de sus ojos. Sin embargo, no fueron los años que había vivido, sino los que le esperaban por vivir. Los años vacíos, sólo repletos de arrepentimiento. Años en los que buscaría el nombre de Pedro en todos los periódicos; en los que malgastaría la vida preguntándose cómo habría podido cambiar las cosas. Pudo verse escondida entre la multitud para vislumbrarlo con la esperanza de que él la viera y le diera otra oportunidad. Pudo ver años sin correr riesgos.
—¡No te vayas!
Corrió a la sala y lo agarró del brazo antes que llegara a la puerta.
—No te vayas. Por favor —Paula se secó las lágrimas para poder verlo—. Pedro, no te vayas. Te quiero. Te quiero mucho. Me aterra que te marches y que no pueda sobrevivir. Por eso pensé que era mejor olvidarte lo antes posible. Tengo miedo, pero eso no es justo con ninguno de los dos. Siempre me he escondido porque es más fácil y seguro, pero es muy solitario y ya no quiero vivir así.
—¿Qué pasaría si yo no correspondiera a tu amor? —preguntó él.
Ella se quedó helada.
—Serías un desgraciado—contestó para intentar una bravuconada, pero sin éxito—. Me dolerá, pero me repondré. Es más fácil reponerse de una decepción amorosa que del arrepentimiento. Yo me arrepentiría de haberte alejado de mí. Me arrepentiría durante el resto de mi vida —Paula decidió ser más sincera con él de lo que lo había sido consigo misma—. He pasado demasiado tiempo sin arriesgarme, tirando la toalla en vez de intentándolo. Se ha acabado. Te quiero, independientemente de todo. Eres parte de mí.
—Yo también te quiero.
—¿De verdad? —Paula parpadeó.
—De verdad. Te quiero como no había querido a nadie. Haces que sea mejor, Paula. No me consientes nada. No eres fácil, pero tampoco lo había pasado mejor en mi vida —la agarró de las manos y le besó los nudillos—. Te quiero profundamente. Sólo quiero estar contigo. Quiero casarme contigo. Quiero tener hijos contigo.
—Te adoro —Paula lo abrazó con todas sus fuerzas—. ¿Como no iba a adorarte? Lo eres todo para mí.
Él la apartó lo suficiente para verle la cara.
—¿De verdad?
—De verdad —Paula sonrió.
—¿Te casarás conmigo?
—Sí.
Ella notó un roce leve y cálido en el brazo. No había sido Pedro y la calefacción no estaba encendida. Aun así, lo había notado y supo que había hecho lo que tenía que hacer. Por primera vez desde la muerte de su hermana, sintió el corazón en paz. Dio las gracias para sus adentros.
Volvió a notar el roce y también oyó un susurro: «Que seas feliz».
Si no hubiera estado ahorrando para poder quedarse con Delfina, no habría aceptado el trabajo con Gloria. Si no hubiera aceptado el trabajo con Gloria, no habría conocido a Pedro ni habría sabido lo que era sentirse amada por él. Quizá nunca lo habría encontrado, ni a él ni a sí misma. Por primera vez en su vida, supo lo que quería y donde quería estar: con Pedro. Por fin había llegado a un punto en el que no sólo podía confiar en él. Podía confiar en los dos.


FIN

2 comentarios:

  1. Hermoso final!!! que emocionante todo!!!

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  2. Qué manera de llorar con los caps de hoy, una lástima q no viviera Delfina Inmejorable final.

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