miércoles, 12 de agosto de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 3: Capítulo 32

—Hola —saludó Paula cuando entró en su casa después de trabajar.
—Hola —le respondió Delfina  desde la sala—. ¿Qué tal el día?
—No me gustaría repetirlo.
Paula se quitó al abrigo mientras iba a la cocina. Lo dejó en una silla, el bolso en la mesa de la cocina y abrió la nevera. Siempre tenía una botella de vino blanco para casos de emergencia.
—¿Tan malo ha sido? —le preguntó Delfina.
—En algún sentido, ha sido bueno. En otros, peor que malo.
Paula descorchó la botella y Delfina  sacó un solo vaso. Paula lo tomó, lo llenó y, unos segundos después, dio un buen sorbo. Suspiró.
—Enseguida estaré bien —resopló—. ¿Qué tal tu día?
—Bien. Tranquilo. He comido con Julie. ¿Te acuerdas de ella? Fue mi compañera de habitación en la universidad y una de mis damas de honor en la boda.
Fueron ocho y, la verdad, Paula no se molestó en aprenderse los nombres.
—Ya… —mintió—. Me alegro de que hayas salido. No puedes quedarte encerrada todo el tiempo.
Delfina se pasó un mechón caoba por detrás de la oreja y sonrió.
—Me gusta quedarme en casa.
Su hermana no encajaba con el estereotipo de persona débil y a punto de morir. Estaba pálida y un poco delgada, pero eso realzaba su belleza etérea. Delfina nació hermosa y nunca pasaría por una fase de decadencia.
—¿Qué ha pasado? —siguió Delfina—. ¿Gloria te ha desquiciado?
—No… Creo que hoy hemos dado una paso adelante.
—¿De verdad? ¿Qué ha sucedido?
Paula le contó cómo se había echado a llorar y había reconocido que estaba sola.
—Puede cambiar perfectamente —dijo Paula—, pero no sé si lo hará.
—Te conozco, Paula—Delfina ladeó la cabeza—. Una situación así con una paciente anciana no hace que te des a la botella. Pasó algo más. Yo diría que tiene algo que ver con un ex jugador de béisbol.
—Gloria estalló conmigo y yo con él —Paula dejó escapar un gruñido—. No paraba de decir que su representante la había fastidiado y que todo era un desastre.
—¿No fuiste tan comprensiva como él esperaba? —preguntó su hermana con las cejas arqueadas.
—No exactamente —Paula dio otro sorbo de vino—. No te había contado esto antes porque no querías que pensaras…
Paula se detuvo. No podía engañar a su hermana, Delfina la conocía demasiado bien.
—Hace un par de días estuve hablando con Sandy y, no sé cómo, me contó que ella y Kristie se acostaron con Pedro durante sus entrevistas —volvió a sentirse furiosa—. ¿Puedes creértelo? Allí mismo, en el despacho del bar. Es repugnante. Él debería estar buscando las mejores enfermeras, no acostándose con ellas. ¿Tiene cerebro o es una leyenda? ¿Todos los hombres son así? ¿Todos aspiran a ser como él? A mí me parece que es una pesadilla en muchos sentidos.
—Te molesta que se acostara con ellas y no contigo —Delfina ni siquiera parpadeó.
—¡Ni hablar! No me acostaría con él aunque… —tragó saliva—. Más que molesta, me siento humillada. No soy como ellas ni lo seré jamás. Los hombres como Pedro ni siquiera ven a las mujeres como yo, lo cual no me importa. No quiero un hombre como él.
—No es verdad —le contradijo su hermana con delicadeza—. Quieres uno exactamente como él.
—Me estoy ocupando de ese asunto —Paula frunció el ceño—. Acabaré con él.
—A lo mejor no deberías hacerlo.
—Por favor… Nunca le interesaré, y yo no puedo aceptar cómo es por dentro. Es como el algodón de azúcar. Si lo metes en agua, se disuelve.
—Pero te gusta.
—No. No me gusta. Lo desprecio. Sólo tengo una reacción física muy fuerte ante él. Eso no significa nada.
—Te equivocas. Nunca te había pasado con otro hombre.
—Y nunca volverá a pasarme.
No saldría bien. Pedro representaba todo lo que detestaba de un hombre y, además, era invisible para él. Tomó aliento.
—Lo despaché. No le gustó.
—Se repondrá. Además… —Delfina sonrió—. Los hombres son tontos cuando se trata de las mujeres. Puedes usarlo a tu favor.

2 comentarios:

  1. Wowwwwwwww, qué intensos los 5 caps Naty. Espectaculares.

    ResponderEliminar
  2. Muy buenos capítulos! me da pena que Paula se sienta así, no le sale una bien!

    ResponderEliminar