lunes, 21 de noviembre de 2016

Seducción: Capítulo 2

Paula retiró la mano, consciente del deseo que para su desgracia sintió en sus entrañas. Ese hombre era peligroso y ella no solía tratar con hombres como ése.

—Hace poco leí un artículo que decía que la belleza está basada en la simetría — dijo ella tras tomar aire—. De modo que me está elogiando porque no tengo la naríz torcida o los ojos saltones.

Pedro se dijo que debía rectificar si quería que esa mujer fuera suya.

—Estoy diciendo que sus ojos son como el mar en verano y que su cabello reluce como las ascuas de una hoguera en la playa.

Desconcertada, Paula pestañeó.

—Vaya —dijo—, poesía... Me sorprende, señor Alfonso.

—Llámeme Pedro... Y no puedo imaginar que yo sea el primer hombre que le dice que es sorprendentemente bella —le sonrió—. Y la verdad es que tiene la naríz ligeramente torcida. Pero le da carácter.

—¿Quiere decir que soy imperfecta? —le preguntó ella—. Sus facciones son demasiado fuertes como para poder decir que es guapo. Atractivo, sí; agreste, sin duda —esbozó una sonrisa burlona—. El color de su cabello es como la caoba pulida, y sus ojos son del color del Mediterráneo al caer el sol; de ese maravilloso azul oscuro.

—Me está avergonzando.

—No puedo imaginar que yo sea la primera mujer que le dice lo sorprendentemente atractivo que es usted —repitió ella.

—¿Sabe una cosa? Su piel posee el irisado brillo de las perlas —y cuánto le gustaría acariciar ese hueco bajo el pómulo, con su calidez marfileña—. Una sociedad de admiración mutua... ¿Es eso lo que somos?

—Sólo de cuello para arriba —dijo Paula, decidiendo que había llegado el momento de decir algo de verdad—. No voy a acercarme a su cuerpo.

Pedro se dejó llevar el instante preciso para mirarla de arriba abajo, desde el canalillo medio oculto hasta el seductor movimiento de cintura, cadera y muslo. En los pies llevaba unas sandalias enjoyadas de tacón muy alto. «Dios mío, estoy perdido», pensaba Slade.

—Es muy inteligente por su parte —miró a ambos lados del jardín lleno de invitados—. Dadas las circunstancias.

—Quería decir —dijo ella con claridad— que no pienso acercarme a su cuerpo, literalmente.

—¿Tiene miedo?

—Sí.

Pedro se echó a reír sin poderlo remediar.

—Por lo menos es sincera. Ella le dedicó una sonrisa enigmática; o al menos esperaba que fuera enigmática.

—¿Dónde vives, Pedro?

Él aceptó tácitamente el cambio de tema.

—En Manhattan. ¿Y tú? —preguntó Pedro, contento de poder tutearse.

—En Milán.

—¿Entonces ese acento es italiano?

—En realidad no. Me crié entre España y Francia.

—¿Qué te trae por aquí?

—Me han invitado a la fiesta. Una respuesta que no era una respuesta en realidad.

 Él se fijó en sus pantalones de seda de color aguamarina.

—¿Cómo has conseguido pasar delante de los dos dragones de la puerta? Mariana es muy estricta con el protocolo.

—He llegado antes y me he cambiado dentro —dijo con discreción.

—¿Entonces conoces bien a Mariana?

—Antes de llegar ayer no nos conocíamos en persona... Ni tampoco a Beatríz Yarrow. ¿Dime, a cuánto asciende tu fortuna, Pedro Alfonso?

—Yo podría preguntarte lo mismo.

—Alfonso... —ella abrió mucho los ojos—. ¡No serás de Alfonso Consolidated!

—El mismo.

—¿Sigues con todo ese proyecto de investigación sobre las fuentes de energía que no dañan el medio ambiente? —le preguntó  ella con verdadera emoción, olvidándose temporalmente de que Slade representaba un peligro latente.

Ella le hizo una pregunta específica sobre el tema y él le respondió; y durante diez minutos charlaron animadamente sobre la energía eólica y otras energías alternativas. Aunque Paula estaba tanto informada como interesada en el tema, fue él quien volvió a llevar la conversación al terreno personal.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar por la zona? Podría enseñarte el proyecto en el que estoy trabajando en las afueras de Los Ángeles.

—No lo suficiente como para eso.

—Tengo una casa en Florencia —dijo él.

Ella esbozó una sonrisa sensual.

—Paso muy poco tiempo en Italia.

Él no podía invitarla a cenar esa noche porque todos los años cenaba con Mariana después de la fiesta al aire libre para comentar sobre todos los invitados y disfrutar de los últimos rumores.

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