domingo, 27 de noviembre de 2016

Seducción: Capítulo 17

—Hace cinco segundos parecía como si quisieras estrangularme.

—Hace cinco minutos me has parecido muy decepcionada sólo de pensar que yo no estaba aquí.

—¡Exageras!

—No lo creo. Bailemos, Pau.

—¿Bailar? ¿Contigo? Ni hablar.

—Llevo tres largas noches sentado en este bar —le dijo en tono áspero—. Me han hecho proposiciones deshonestas, he bebido vino malo y me he aburrido como una ostra. Lo menos que puedes hacer es bailar conmigo.

La había esperado. Había pasado «la prueba». ¿Qué se suponía que debía hacer?

—Te vas a enterar —le dijo Paula con temeridad.

 La pista estaba abarrotada y la música era estridente. En sus ojos ardía una emoción que Pedro no habría sido capaz de definir, mientras levantaba los brazos y echaba la melena hacia atrás y meneaba todo el cuerpo. El deseo le aguijoneó las entrañas, ardiente e imperativo. Él la miró a los ojos e imitó sus movimientos, con cuidado de no rozar su cuerpo ni siquiera con un dedo. No hizo falta. Como una diosa pagana, meneando las caderas y con los pezones apuntando bajo la fina seda de su camisola, Paula bailaba, sólo para él. Bailaba como si estuvieran solos. Y continuó bailando hasta que Pedro pensó que se moriría de frustración. La música terminó bruscamente. En el silencio posterior, el barman anunció:

—Vamos a cerrar, señores.

Paula se mordió el labio inferior; respiraba con agitación.

—Lo has conseguido de nuevo —dijo ella—. Me has hecho olvidarme de quién soy.

Pedro  le colocó las manos sobre los hombros y la besó en la boca.

—Bien —dijo él.

Los cuatro o cinco minutos que había pasado bailando con ella también le habían ayudado a olvidarse de que estaba en un sótano oscuro. Aquella Paula Chaves era toda una mujer.

—Salgamos de aquí —dijo ella—. Necesito aire fresco.

Lo mismo que él. Pedro la tomó de la mano y la condujo por las escaleras. Fuera, bajo el cielo cuajado de estrellas, ella aire con fuerza, tratando de olvidar la lascivia con la que se había movido en la pista de baile.

—Tengo hambre —dijo con leve sorpresa—. He olvidado cenar.

Él había empezado a aspirar con fuerza nada más salir, tratando de disimular el alivio que le proporcionaba estar al aire libre. Pero Paula lo miró con confusión.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Él no faltó a la verdad.

—Me he pasado demasiado rato metido en ese bar; creo que tengo los tímpanos rotos —le colocó la mano en la parte interna del codo—. Comida... eso no vendrá mal.

Echó a andar rápidamente por la acera de ladrillo, que estaba iluminada con lámparas que colgaban de curvas farolas de hierro forjado. En la distancia oyó el suave susurro del rompeolas. Una brisa removía los altos cipreses y las hojas de las palmeras se agitaban y entrechocaban con el viento.

—He dicho que tenía hambre, no que estuviera muerta de hambre —dijo Paula sin aliento.

—Lo siento —dijo él, reduciendo el paso—. ¿De qué conoces a Esteban?

—Lo conocí en Niza el año pasado. Diseña yates para los ricos.

—¿Te has acostado con él?

—No.

—¿Tienes yate?

Ella sonrió.

—Me mareo con sólo subirme a un bote.

—Pero si no fuera así, podrías permitirte uno de los yates diseñados por Esteban.

—Mi abuelo me dejó el grueso de su fortuna. Ricardo Schulz. ¿Has oído hablar de la compañía?

—Un negocio millonario —dijo Pedro mientras repetía el nombre en su memoria.

 Entonces los padres de Paula habrían muerto. Y sin duda esa pérdida sería el origen de la profunda soledad que a Pedro le parecía que afectaba a ella.

—¿Tienes hermanos? —le preguntó para confirmar sus sospechas.

—No —respondió Paula.

—¿Entonces a qué te dedicas, Pau, aparte de a lo de «tantear el terreno»?

—No tengo necesidad de hacer nada más.

—No me vengas con cuentos —dijo Pedro con un convencimiento que no sabía de dónde le había salido—. Eres demasiado inteligente para pasarte la vida de fiesta en fiesta.

Habían llegado a la fachada iluminada del casino, con sus torretas y almenas.

—¿Dónde vamos a cenar? —preguntó Paula.

—Mi hotel está a unos minutos de aquí. Uno de los restaurantes está abierto toda la noche.

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