miércoles, 22 de junio de 2016

Propuesta Arriesgada: Capítulo 60

—Nunca —sacudió la cabeza mirándolo a los ojos—. También te amaba aquella noche, te amaba desde antes. Pero aun cuando estábamos… bueno, aun entonces tú no mencionaste que me amaras —se sonrojó.

—Tú tampoco.

—Bueno, pero es que… bueno yo… tenía miedo.

—Yo también.

—¿Tú también? —los ojos de Paula se agrandaron de asombro.

—Nunca había estado enamorado, no sabía qué hacer —sonrió con tristeza.

—Hemos sido tontos, ¿no crees? —lo miró con timidez.

—Sí —él empezó a calmarse—. ¿En realidad me amas?

—Muchísimo.

—¿Y te casarás conmigo?

—¡Oh, sí! —sus ojos brillaron de gozo.

—¡Oh, Dios mío, Pau! —sus manos temblaban al atraerla hacia sí—. Te amo. Después de muchos besos y caricias, Pedro se incorporó emitiendo un suspiro.

—Cuando Matías me dijo que odiabas la pintura, pensé que te había perdido para siempre.

—No me gustó porque pensé que la habías hecho para burlarte de mí.

—¡No! —la apretó—. Después del incendio no me atrevía a dejarte regresar al bungalow; parecías avergonzada de que nos hubiéramos amado y no podía confiar en mí para no tocarte, para no seducirte otra vez, así que les dije a Melanie y a Jonathan que te cuidaran y yo me pasé el tiempo pintándote.

—Jonathan dijo que estabas ayudando a reparar los daños del incendio.

—Durante el día lo hacía, pero en la noche, cuando no podía dormir porque quería que estuvieras junto a mí, te pintaba —levantó tos hombros—. Eso era todo lo que tenía, pero créeme, hubiera preferido tenerte a mi lado.

—Yo pensé que te habías desilusionado de mí, que lamentabas lo que había sucedido. ¡Oh, Pepe! ¿Cuándo te enamoraste de mí? —lo miró a los ojos.

—No sé, pero no me gustaba que aquel Johnston te tocara, estaba aun celoso de que te simpatizara Diego. Y cuando me dijiste que Alberto no había sido tu amante sino tu padrastro, estaba tan contento que sentía ganas de gritar…

—Pues no lo demostraste —le recordó con frialdad.

—No de inmediato, no. Tuve que estar bajo la ducha fría para tranquilizarme. También tenía que mostrarte que no debías irte con un extraño como lo hiciste, no cuando eras una inocente. Podrías haber caído en malas manos —él frunció el ceño.

Paula lo besó cariñosa en los labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario