lunes, 13 de julio de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 2: Capítulo 25

—Lo siento —dijo la mujer, devolviéndole la foto—. Estoy segura de que su amigo era un buen hombre, pero no lo conocía.
—Gracias por concederme su tiempo —dijo Pedro, mientras una Ashley más le cerraba la puerta.
Se estaba quedando sin nombres. Nunca se había planteado la posibilidad de no encontrarla, de no poder entregar su carta a nadie.
Subió al coche y se recordó que el fracaso no era una opción. Ben se merecía que alguien llorara por él, ser parte de una familia. No iba a rendirse.
Aún le quedaban opciones. Ella tenía que estar en algún sitio...
Recostó la cabeza y cerró los ojos. Echaba de menos a Paula. No debería. No iba a tener una relación con ella, pero la echaba de menos. De alguna manera, en esas últimas semanas se había introducido en él. Estaba acostumbrado a oír su risa por la ventana, a oírla plantear opciones para la cena, a pensar en formas de hacerle la vida más fácil sin que ella se diera cuenta. Y ya no estaba allí.
Hacía cinco días que no iba a casa. Por eso condujo hasta Eggs 'n' Stuff para ver si estaba allí. La vió dentro, trabajando. No entró, porque si quería hablar con él sabía dónde encontrarlo. No entendía por qué lo evitaba y no volvía a casa.
Se debatía entre exigirle a Paula una respuesta o cumplir sus deseos. Deseos que sabía tenían sentido para ambos. Pero no podía librarse de la sensación de que algo iba mal.
Si no volvía esa noche, telefonearía y dejaría un mensaje. Le pediría que lo llamara para saber que estaba bien. Dejaría claro que respetaba su postura y que no intentaría hacerla cambiar de opinión.
Pensó que todo eso era pura basura. Cuanto más tiempo pasaba, más la echaba de menos. No sabía cuándo se había vuelto tan blando.
Se le contrajo el estómago cuando llegó a casa y su coche no estaba en la entrada. Pero la tensión se relajó cuando Luz abrió la puerta y salió corriendo.
—Pedro, Pedro, hemos vuelto. ¿Nos has echado de menos? Hemos estado con Paz. Tiene un sofá-cama y yo dormí en él —la rubia cola de caballo de Luz se agitó mientras corría hacia él. Él bajó de su todoterreno y le sonrió.
—Ah, ¿han estado fuera? —preguntó.
—Sabes que nos has echado de menos —ella apoyó sus diminutas manos en las caderas e hizo un mohín.

2 comentarios:

  1. Pedro qué vieja bruja por favor, qué manera de odiarla. Me encanta esta novela.

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  2. Ya me parecía raro que no apareciera la bruja!!! Muy buenos capítulos!

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