domingo, 19 de julio de 2015

Tentaciones Irresistibles Parte 2: Capítulo 39

—Un poco más abajo —dijo Sofía  con un gemido, cerró los ojos y se recostó—. Oh, sí. Justo ahí.
Federico clavó los pulgares en la planta de su pie, preguntándose por qué les gustaban esos masajes tanto a las mujeres.
—¿No debería estar haciendo esto Matías?
—Sí, y lo hará cuando llegue a casa. Entretanto, tú estás aquí y pienso aprovecharme —abrió un ojo—. ¿Te sientes incómodo? ¿Te parece demasiado íntimo?
—Son tus pies, Sofía —dijo él.
—Sí, pero algunos hombres se lo hacen a las mujeres en la cama —abrió el otro ojo—. ¿Sabes que nunca he tenido un pensamiento sexual sobre ti? Ni una vez. Y ahora ni siquiera me imagino volviendo a practicar el sexo. Estoy enorme e hinchada. Es asqueroso.
Sofía era su amiga y aceptó sus palabras sin molestarse. Él siempre la había visto como a una hermana más. En cuanto a Matías, en fin, lo compadecía.
—Recuérdame que nunca tenga hijos —farfulló.
—Bobadas —cerró los ojos de nuevo y gimió cuando tiró de sus dedos—. Se te da muy bien.
—Es la práctica.
—Cuando vuelva a sentirme persona, tengo que preguntarle a una de tus mujeres cómo eres en la cama. Quiero decir, tienes tantas como una estrella de rock pero ¿cómo es tu estilo?
Él pensó en los gritos, los gemidos, y las marcas de uña en su espalda.
—No se me da mal —dijo con modestia.
—Si tus masajes de pies son una referencia, se te da más que bien —puso las manos sobre su vientre—. Sal, donde quiera que estés. Mami está más que lista.
—Sólo un par de semanas más.
—Para ti es fácil decirlo. Aún duermes por la noche. Yo me limito a tumbarme y a odiar cómo me siento. Lo positivo es que él o ella se mueve mucho.
—¿Aún no sabes qué es?
—Queremos que sea una sorpresa —puso el otro pie en sus manos—. ¿Has ido a ver a Gloria?
—Un par de veces.
—¿En serio? —Sofía alzó las cejas.
—Es anciana y frágil.
—¿Desde cuándo?
—No te preocupes —sonrió él—. Sé que es una víbora, pero siento cierta lástima de ella.
—Entonces eres el más apropiado para buscarle enfermeras. ¿Cómo va eso?
—He hablado con su médico y con un fisioterapeuta. Tengo algunos nombres. Contrataremos a tres enfermeras en turnos rotativos de ocho horas, y una cuarta para los días que libren. El turno de día será para aquélla a quien Gloria odie menos.
—Estoy impresionada.
—No soy un inútil —frunció el ceño—. Sé hacer algo más que lanzar una pelota de béisbol —no habría elegido otra cosa, pero ya no tenía opción.

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