viernes, 28 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 66

Paula creyó  morir.  Aunque  Pedro le  había  asegurado  que  sus  hombres  de  seguridad  estaban en sus puestos, Marcos Dodd había conseguido secuestrar a Ariel.

— ¿Sabe Pepe algo de esto?

—La policía dijo que se pondrían en contacto con él.

— ¡Tenemos  que  encontrar  a  Ariel!  No  lo  superaría  si  le  ocurriera  algo  a  mi  pequeño. Ari... Ari... —Caro empezó a perder el equilibrio.

—Por supuesto que lo encontraremos. Vamos, Caro—Fede le rodeó los hombros con el brazo y la condujo al interior de la casa.

Incapaz  de  moverse,  Paula  enterró  el  rostro  entre  sus  manos,  convulsionada  por  el  miedo  y el horror.  «Esto  es  culpa  mía.  Si  a  Ariel  le  pasa  algo  por  mi  culpa,  no  podré  seguir  viviendo. Por  favor,  Señor.  No  dejes  que  Marcos  haga  daño  a  Ari.  Si  tiene  que  morir alguien, que sea yo».  Aquel pensamiento le dió una idea que pareció arrancarla de la parálisis que se había apoderado de ella. Corrió al interior de la casa y subió las escaleras hasta su habitación. Después de cerrar la puerta con llave, corrió al teléfono y descolgó. Eran las tres de la madrugada en la base militar de Red Crater, pero no importaba. Era cuestión de vida o muerte. Tecleó el número y esperó. Una voz somnolienta contestó al cuarto timbrazo.

— ¿Sí? ¿Quién es?

—Hola, ¿Ruth?

— ¿Sí? —fue la respuesta vacilante.

—Soy Paula.

— ¡Paula! Después de todo este tiempo. Cielo, ¿Dónde has estado? Te hemos buscado por  todas  partes.  Marco incluso  fue  a  Pennsylvania  con  la  esperanza  de  encontrarte.  ¿Estás bien?

Las lágrimas se deslizaron por las mejillas de Paula. Ruth Dodd era una buena mujer, su emoción era genuina. No tenía ni idea de con quién se había casado.

—Me alegro de oírte, Ruth. Hice mal al desaparecer de esa manera. Oye, me encantaría ponerme al día de todo lo ocurrido, pero necesito hablar con Marcos. ¿Puedes decirle que se ponga?

—Cielo,  lo  siento.  Está  en  el  Medio  Oeste  realizando  una  misión  para  el  general  Bennan. ¡De modo que era el general Berman el que dirigía toda la operación!

— ¿Tienes  algún  número  de  teléfono  en  el  que  pueda  localizarlo?  —se  secó  las  lágrimas con el dorso de la mano—. Es una emergencia.

— No tengo un número directo para hablar con él. Pero puedo llamar a alguien que le dará el mensaje y Marcos se pondrá en contacto contigo. ¡Se alegrará tanto de oír tu voz! Tu padre nos pidió que cuidáramos de tí, ¿Sabes? Dame tu número.

Paula tuvo que pensar deprisa.

—Espera  un  momento,  Ruth  —saltó  de  la  cama  y  tomó  su  bolso.  Todavía  tenía  el  número de  teléfono  de  la  taberna  donde  había  reservado  habitación  dos  días  antes—. ¿Ruth? Toma nota —le leyó el número—. Si Marcos recibe mi mensaje enseguida, dile que llame a este número dentro de veinte minutos. Si no puede llamarme hasta más tarde, el dueño del hotel recogerá el mensaje y me lo hará saber.

—Probaré en cuanto cuelgue. ¿Dónde estás, cielo?

—En Grecia.

—Grecia.  Oh,  Paula,  me  alegro  tanto  de  que  hayas  llamado.  No  vuelvas  a  hacernos  esto. Por favor, llámame pronto.

—Lo haré —Paula se mordió el labio con fuerza—. Gracias, Ruth.

Sin perder un segundo, Paula corrió al armario y abrió su maleta. En el fondo estaba el sobre con los negativos de su padre. «Lo siento, papá, pero no puedo seguir conservándolos». Tomó  el  sobre  y  su bolso,  se  puso  unas  zapatillas  y  bajó  corriendo  por  la  escalera  de  atrás hasta la cocina. Juan estaba tratando de consolar a su esposa, que no hacía más que llorar. En cuanto vió a Paula, Melina gritó:

— ¡El pequeño ha desaparecido! Aiyee

—Lo sé. Voy a intentar encontrarlo. Si alguien pregunta dónde estoy, diles que volveré enseguida.

— ¡Pero al señor Alfonso no le gustará que salga sola!

—Tengo que hacerlo, Melina.

Juan corrió detrás de ella.

—Yo la llevaré en coche a donde tenga que ir, despinis. No había tiempo para discutir.

—Está bien, gracias.

Paula subió al coche de la familia y enseguida salieron de la propiedad.

1 comentario:

  1. Muy buenos capítulos! Que mal. Ojalá se termine esa persecución que lleva Paula!

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