viernes, 7 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 10

Cuando  Fernando  la  abandonó  sin  ni  siquiera  despedirse  por  teléfono  o  con  una  carta,  perdió la fe en los hombres. En lo único que podía pensar era en que había dado a luz, que en algún lugar del mundo, otras personas estaban criando a su hijo.

— ¿Por qué diablos sacas ahora ese tema? —la pregunta de Federico resonó con rabia no encubierta.

-Por que Ariel no llegó a ser adoptado. — Caro  sintió que el corazón le palpitaba con fuerza—. ¿Tuve un niño? Los ojos de su hermano se empañaron con una dulzura y ternura que ella apenas lo reconoció.

— ¿Nació  con  algún  defecto?  ¿Por  eso  nadie  lo  quiso?  —dijo  con  voz  angustiada  a  pesar suyo.

Pedro le apretó la mano antes de soltarla.

—Ariel  es  perfecto,  Caro.  Tiene  la  sonrisa  cautivadora  de  Fede,  tus  hermosos  ojos  y  pelo oscuros, la inteligencia de nuestro padre y el encanto de nuestra madre.

Carolina se apartó de la mesa y pie con el corazón desbocado.

— ¿Y en qué se parece a tí?  

—Es alto para su edad.

— ¿Dónde está, Pepe? Tengo que verlo.

—Si te sientas, te lo contaré todo.

— ¡No  puedo  sentarme!  —Corrió  hasta  colocarse  detrás  de  su  hermano  y  le  rodeó  el  cuello con los brazos—. ¡Lo has visto! ¿Tienes una foto suya?

— Sí.

Pedro metió la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó una instantánea. Con manos temblorosas, Caro tomó la preciada fotografía y vió por primera vez a su hijo, Ariel.

— ¡Es hermoso! ¡Adorable! No puedo creerlo.

Empezó  a  sollozar,  estrechando  la  imagen  contra  su  pecho.  Para entonces Federico se  había levantado para echar un vistazo. Ella le tendió la fotografía.

— ¿Cómo que mi sonrisa? Tiene la sonrisa de Caro y mi atractivo.

Histérica  de  gozo,  Carolina dió  un  codazo  a  Federico,  medio  riendo  medio  llorando.  Podía ser tan bromista. Se aferró a los hombros anchos de Pedro.

— ¿Dónde está? ¿Cuándo puedo verlo?

—Tal vez no deberías —la advirtió Fede.

— ¿Cómo puedes decir eso? —Caro levantó la cabeza.

Fede le devolvió la foto.

—Porque si no sabe que existes, sería un impacto muy fuerte para él.

—Pero quiero decírselo. Quiero ser su madre, ¿No lo entiendes? Desde que renuncié a él, he anhelado estar a su lado. Y ...,y Pepe dice que no lo han adoptado.

En aquel momento, Pedro se levantó de la silla y la asió con fuerza por los hombros.

—Estaba  convencido  de  que  lamentabas  a  decisión.

-He  esperado  todos  estos  años  a  que dijeras algo, pero nunca lo hiciste. No hasta esta noche. Ahora tengo la prueba que había  estado  esperando...  Pero  hay  cosas  que  debes  comprender. Todavía  está  al  cuidado de sus padres de acogida, Analía y Germán Kiriakis, de Nueva York. Lo quieren y él los quiere mucho a ellos.

Por supuesto. Durante cinco años había sido criado por otras personas y no por ella. El dolor de aquel hecho era casi insoportable.

— ¿Está  en  Nueva  York?  —una  lágrima,  luego  otra,  se  deslizaron  por  sus  mejillas  ardientes —. ¿Sabe al menos que estoy viva?

Pedro inspiró pesadamente.

—Le han dicho que su madre lo amaba mucho, pero que no fue capaz de cuidar de él cuando nació, así que se aseguró de que viviera con unas personas maravillosas que lo amarían. Pero si llegaba el día en que ella podía cuidar de él, iría a buscarlo.

— ¡Cielo Santo! —murmuró Fede.

Carolina tragó saliva.

— ¿Sabe cómo soy?

—Por supuesto. Siempre le llevo una foto reciente de tí. Tiene un álbum lleno de ellas. Sus palabras la embargaron de una alegría inexplicable.

— ¡Pepe! ¿Crees de verdad que me quiere?

—Todos  los  niños  quieren  a  sus  madres.  Por  supuesto  que  te  quiere,  aun  sin  haberte  conocido.

—Lo  quiero  con  locura.  Siempre  he  querido  a  mi  hijo.  Ahora  que  tengo  mi  trabajo  seguro  en  la  oficina  de  nuestra  compañía,  podré  mantenerlo.  Haré  lo  que  haga  falta  para recuperarlo.

—Lo sé. ¿Por qué no nos sentamos y lo hablamos?

De  nuevo,  Carolina ocupó  su  puesto  en  la  mesa,  pero  Fede permaneció  de  pie,  a  cierta distancia. Ella no podía apartar los ojos de la fotografía de su hijo.


1 comentario:

  1. Muy buenos capítulos! Cuantas historias distintas hay para conocer!

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