lunes, 24 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 58

— ¿Qué  hacemos  ahora,  coronel?  La  chica  no  está  allí,  y  llevo  dos  días  sin  ver  a  Carlos  Gordon salir del edificio.

—No sé cómo lo ha hecho, pero Paula sabe que estoy detrás de ella y se lo ha dicho. Pensaba que lo habíamos acorralado en el hospital. Diablos, TJ.

—Coronel, si lo vimos entrar y salir durante la semana pasada, entonces ha debido de alertarlo después del escape de gas. De lo contrario, habría vuelto al trabajo.

— ¿Sí? ¿A dónde quieres llegar?

—Bueno, ha debido de contactar con él de alguna manera.

— ¿Sabes, T.J.? Tu inteligencia me deja cada vez más anonadado. Por supuesto que Contactó con él de alguna manera, idiota.

—Lo  que  quiero  decir  es  que  seguramente  lo  llamó  por  teléfono.  Si  pudiéramos  hacemos con las facturas de teléfono que llegan a esta dirección, podríamos conseguir una  lista  de  todas  las  llamadas  locales  o  internacionales.  Una  de  ellas  nos  conduciría  hasta Paula.

—No estoy tan seguro. Es astuta, ha conseguido eludimos hasta ahora.

— ¿No encontró al doctor Rich examinando las facturas de teléfono del coronel Chaves? —Era  la  factura  de  un  solo  hombre,  T.J.  ¿Tienes  idea  de  cuántos  cientos,  tal  vez  miles  de llamadas se originan desde este lugar todos los meses?

—Sí, pero como sabemos que Carlos Gordon no sabía de nosotros hasta que evacuamos el  edificio,  podemos  suponer  que  Paula y  él  han  tenido  contacto  reciente.  Sólo  necesitaríamos ver las facturas del último mes, ¿no cree? El coronel gruñó.

— ¿Es eso un sí o un no?

—Significa que tu idea es la única que tenemos y que el general Berman está esperando esos negativos. Manos a la obra.

— ¡Sí, señor!



— Pepe, querido..

—Me temo que no, Erica.

—¡Fede! Gracias a Dios que eres tú. ¿Te has enterado de lo ocurrido?

— ¿Por qué crees que te llamo?

—Tu  hermano  rompió  anoche  nuestro  compromiso  —Fede pudo  oír  cómo  reprimía  un sollozo—. Es una pesadilla.

—Es un montaje muy ingenioso. Maquiavélico, casi.

— ¿De qué hablas?

—Hay  algo  que  no  me  encaja  en  este  asunto.  Paula ha  embaucado  a  mi  hermano.  Pedro cree de verdad que está enamorado de ella.

— ¿Crees que no me he dado cuenta? No ha sido el mismo desde ese viaje.

—Paula hizo su investigación muy cuidadosamente. Pero después de lo que ha dicho esta noche, se delató sin darse cuenta.

— ¿Qué quieres decir?

—Sé  que  su  aparición  en  el  despacho  de  Pedro fue  parte  de  un  gran  plan  orquestado  hasta el último detalle por la ella misma. No hay ninguna coincidencia.

Erica emitió un sonido de protesta.

—No  hablaste  de  esa  forma  antes  sobre  ella.  Dijiste  que  era  una  criatura  obesa  y  patética que no merecía la atención de ningún hombre.

—Si recuerdas, Erica, estaba describiendo su aspecto externo. No dije que su cerebro no funcionara. De hecho,  cuando  la  conocí  en  Suiza,  enseguida  me  di  cuenta  que  quería  aprovecharse  de  mi hermana.  Por  eso  tuve  que  hacer  algo  para  separarlas.  Pero  al  parecer,  no  me  ha  perdonado por  poner  fin  a  su  amistad  con  mi  hermana  y  durante  estos  seis  años  ha  estado  planeando su venganza.  Estoy  seguro  de  que  su  fantasía era acabar  casada  conmigo,  pero  comprendió  que Pedro era  el  que  tenía  el  dinero  y  el  poder de la familia. Decidió ir a por él.

—No entiendo cómo ha podido pasar todo.

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