domingo, 23 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 51

— ¡No! "Estoy enamorada de tí, ¿No te das cuenta?"

—Mírame y dilo.

Paula  no  podía  comprender  por  qué  estaba  tan  interesado  en  Manuel.  Lentamente  levantó la cabeza.

—Lo quiero a mi manera, pero no estoy enamorada. Hay una gran diferencia.

—Sea cual sea, le dijiste a Caro que te necesitaba. Pensaba que había tenido un infarto y que su familia estaba cuidando de él. ¿Por qué vuelves a él de repente cuando viniste aquí expresamente a ver a Caro? ¿Qué diablos ha cambiado desde ayer?

«Pedro... Si pudiera decírtelo».

—Sentía que estaba estorbando.  Era la verdad. No había casa lo bastante grande para alojarse en ella con Erica cuando las dos estaban enamoradas del mismo hombre. Pero ésa no era la razón por la que se iba de Grecia aquel mismo día.

—Me estás mintiendo, lo sé.

—No es el momento adecuado para una visita, Pedro. No cuando Ariel acaba de conocer a Caro y tú estás haciendo los preparativos para tu boda.  Oyó cómo contenía el aliento.

—No va a haber boda. Anoche cancelé nuestro compromiso.

Paula  casi  se  desmayó  al  oír  la  noticia.  Se  alegraba  de  que  todavía  no  la  hubiese  soltado.

—No lo entiendo.

—Se ha terminado. Yo también distingo entre querer a alguien y estar enamorado. Mi matrimonio con Erica no habría funcionado. Siento haberle causado dolor, pero no puede ser de otra manera.

 Al  saber  que  estaba  libre, Paula  no  podía  soportar  estar  tan  cerca  de  él  y  no  tocarlo,  besarlo. Se apartó de sus brazos y retrocedió.

—Pedro, si no te casas con Erica, ¿Qué le pasará a Ariel?

—Sus padres de acogida lo adoptarán a no ser... — ¡No! Caro nunca podría superarlo.

—Estoy  de  acuerdo,  y  tengo  una  solución.  Me  dirigía  a  Andros  para  hacerte  una  propuesta. Es irónico, ¿No crees?, que Ariel me llamara para decirme que te habías ido a los Estados Unidos sin ni siquiera decirme adiós —Paula se llevó la mano a la garganta—. Caro me dijo que tomaste el ferry porque te mareaste  en  el  helicóptero.  Es  mentira,  Paula.  Mi  piloto  me  dijo  que  el  vuelo  te  encantó.

A pesar del temor por la seguridad de su familia, Paula se sonrojó.

—Lo siento. Pero tienes que creerme si te digo que le pedí a Caro que me  despidiera  de  tí.  Te  lo  habría  dicho.  Sin  duda  sabrás  que  después  de  haber  hecho  posible  mi  reencuentro con ella, siempre estaré en deuda contigo.

Una extraña tensión emanó de Pedro.

—Me pregunto silo dices de verdad.

— ¿Lo  de  estar  en  deuda?  ¿Crees  que  te  estoy  mintiendo?  —su  voz  se  elevó  en  la  última palabra. ¿Cómo podía defenderse... y persuadirlo para que la dejara marchar?

—Si no mientes, demuéstralo.

— ¿Cómo? —Paula tragó saliva.

— Casándote conmigo.

El mundo le dió vueltas por un momento.

— ¿Qué has dicho?

—Cuando  viniste  pidiendo  ayuda  a  mi  oficina,  no  podías  saber  cuál  podría  ser  el  precio  que  tendrías  que  pagar.  Te  estoy  pidiendo  que  te  cases  conmigo  para  poder  adoptar  a  Ariel  para  Caro.  Después  de  unos  meses,  podríamos  divorciarnos.  Te compensaré —hubo una leve pausa—. Sé que los quieres.

Paula contuvo el aliento. «Me casaría contigo por cualquier razón».

—Los  quiero  lo  suficiente  como  para  casarme  contigo.  Por  el  bien  de  todos,  me  convertiría en tu esposa en un abrir y cerrar de ojos. Pero cuando fui a verte, Pedro, no podías   saber   el   precio   que   tú   tendrías   que   pagar...   el   precio   de   conocerme,   simplemente. Me temo que es muy alto. Por eso me voy.

Una sombra cruzó su rostro.

—Después  de  reconocer  eso,  ¿Crees  que  te  dejaría  ir  a  alguna  parte  sin  saber  toda  la  verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario