miércoles, 5 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 5

—Sólo de vez en cuando, para no tener pesadillas.

—Háblame de ellas.

—Sueño  que  me  dejan  sola  y  me  despierto  llorando  — sólo  había  tenido  aquel  sueño  una vez desde el funeral. Eran sus otras pesadillas las que le hacían dar vueltas toda la noche, gritando. Pero a pesar de lo mucho que le gustaría confiarse a Carlos, todavía no estaba preparada para revelar sus secretos más íntimos.

—Dado que tu padre estuvo destinado en distintas partes del mundo mientras crecías, has estado sola mucho tiempo, y sin embargo siempre has sabido que él estaba contigo. Ahora  que  ya  no  está,  no es  extraño  que  experimentes  ese  sentimiento  de  pérdida.  Continúa tomando ese medicamento si te ayuda. Si necesitas algo más fuerte, tenemos un médico en plantilla que podrá recetarte algo. Pero con el tiempo tu mente aceptará la  pérdida  y  las  pesadillas  no  te  perturbarán.  Eres  una  persona fuerte,  de  lo  contrario  no habrías seguido la sugerencia de tu médico de ingresar aquí.

«Soy   una   persona   miedosa,   Carlos.   Y lo  bastante  desesperada como para probar cualquier cosa».

— ¿Hablas griego?

—No. Caro me enseñó algunas frases, pero las he olvidado.

—Entonces te enviaremos a las clases nocturnas que se imparten en la iglesia ortodoxa griega que hay a la vuelta de la esquina. Si quieres ser la mujer de Federico, tendrás que ser capaz de comunicarte, al menos a un nivel básico. En cuanto a tu físico, pasarás parte  del  día  poniéndote  en forma,  aprendiendo  cosas  sobre  nutrición,  recibiendo  lecciones  sobre  cómo  peinarte  y maquillarte,  cómo  comprar  ropa  que  encaje  con  tu  altura  y  tu  figura  y  todo  lo  necesario para hacer  que  el  envoltorio  sea  tan  atractivo  como  sea  posible.  El  resto  del  tiempo  estarás conmigo  trabajando  tu  yo  interior  y  desarrollando la estrategia necesaria para el reencuentro.

—No sabría cómo empezar a buscarlo o a ponerme en contacto con él.

Carlos le brindó una sonrisa complacida.

—Esa parte es fácil. Renovarás tu amistad con Carolina Alfonso... lo cual resultará agradable tanto para ella como para tí, Paula. Y después, Federico te encontrará. No se imagina que en menos de seis meses su vida va a cambiar por completo.

«Mi futuro marido». Ningún  hombre  que  había  conocido  podía  superar  el  rostro  y  figura  de  Adonis  de  Fede. Ya sabía la verdad sobre su gusto por las mujeres, así que había prestado poca atención  a  los  cotilleos  que  escribían  sobre  él  en  la  prensa  del  corazón.  Claro  que  confiaba en que los seis años transcurridos lo hubieran hecho madurar para que Fede pudiera convertirse en su compañero y protector, así como en su amante y en el padre de sus hijos. Antes de las Navidades, lo averiguaría. Mientras tanto, el Instituto Miguel Angel era el único lugar donde podría permanecer   oculta y, gracias a Dios, a salvo...


—Justo cuando el sol se levanta una ver más por la oscura manta del espacio, lanzando sus rayos por el desierto de Red Crater en Nevada, se despide de vosotros Draco, de la cadena Constelación. Pronto sucumbiré a los brazos de Morfeo. A  mitad  de  su  monólogo  de  despedida,  un  mensaje  de  los  productores  de  día  de  la  emisora apareció en el monitor de Manuel Novak.

—Oye,  Manuel...  el  mismo  tipo  que  ha  llamado  un  puñado  de  veces  para  preguntar  cómo podía localizar a Paula acaba de llegar a la emisora. Iba en un Jeep, y parece un alto mando de la base. Hablé con él por el teléfono interno y le dije lo de siempre, que no tenemos ni su número de teléfono ni su dirección. Montó en cólera e intentó entrar por la puerta de atrás. Como no pudo, probó con las puertas de nuestros coches. Pensé que querrías saberlo.

Manuel maldijo  entre  dientes.  Aquellos  bastardos  no  sabían  cuándo  parar.  Por  él,  podían pudrirse en el infierno.  Durante  los  últimos  tres  años,  las  emisiones  de  Paula habían  ayudado  a aumentar  enormemente  la  audiencia  del  programa.  Antes  de  irse,  sus  insinuaciones  de  que las exploraciones en Marte podrían estar encubriendo algo habían alarmado a algunos de los altos mandos. La joven sabía correr riesgos, pero tenía agallas. Diablos, la echaba de menos. Se inclinó hacia delante, todavía tenía que terminar el programa.

—Amigos,  no  olviden  que  estoy  con  ustedes todos  los  días  a  medianoche.  Juntos  exploraremos  el  cosmos,  donde  todo  lo  imposible  es  verdad,  donde  lo  que  no  puede  ser, simplemente es. ¿Se atreven a acompañarme?

Pulsó el botón de la consola que activaba el tema musical y luego se recostó en su silla y se estiró.  A sus  sesenta  y  un  años  de  edad,  después  de  cuarenta  y  cinco  trabajando  en  la  radio,  en teoría había  llegado  a  la  cúspide  de  su  carrera:  un  programa  nacional  que  podía  oírse en cincuenta emisoras en todo el país vía satélite y un estudio de vanguardia a las afueras  de  Las Vegas.  Estaba situado  en  una  concha  de  adobe  que  recordaba  la  arquitectura  de  Frank  Lloyd  Wright,  de modo  que  se  fundía  con  el  desierto  y  estaba  protegido por los últimos avances en seguridad electrónica. A pesar de lo maravilloso que era todo, había ocasiones, como en aquellos momentos, en los  que  añoraba  sus  comienzos  en  el  mundo  de  la  radio,  la  choza  donde  pasaba  horas sentado soñando con su programa.

1 comentario:

  1. Muy buen comienzo! Que obsesionada está Pau. Me intriga saber como sigue esto!

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