viernes, 28 de octubre de 2016

Dos Hermanos: Capítulo 64

Se sucedió un largo silencio. Luego Fede dijo:

-Todavía debe seguir siendo mi secreto. Cuando haya pasado un tiempo razonable, nos divorciaremos y regresaré a los Estados Unidos  para  vivir  y  trabajar.  Tanto  si  me  crees  como  si  no,  no aceptaré  un  centavo  de  Pedro. Mientras tanto, ni él ni yo queremos echar a perder nuestra boda porque es para Ari el y para Caro.

Por una vez, Fede permaneció callado.

—Por  favor,  no  te  ofendas  por  lo  que  voy  a  preguntarte.  Te  has  convertido  en  una  mujer hermosa, y cualquier hombre sería afortunado casándose contigo. Pero hace dos años que Pedro está enamorado de Erica. ¿Cómo es que te presentaste en su despacho en el momento en que lo hiciste y pusiste su mundo del revés en cuestión de días?

—Si  te  digo  la  verdad,  Fede,  y  luego  me  tratas  como  hiciste  antes,  te  juro  que nunca volveré a ser tu amiga ni a confiar en tí.

—Sigue.

—Primero,  debes  entender  que  ha  sido  Erica  la  que  ha  matado  el  amor  de  Pedro.  Se  negaba a compartirlo con su familia. Cuando él comprendió que siempre iba a ser un tira y afloja, rompió el compromiso. Yo no tuve nada que ver con eso. Pero ya has, adivinado  que  no  está  enamorado  de mí.  Me  pidió  que  me  casara  con  él  para  poder  adoptar legalmente a Ariel.

— ¡Entonces, lo reconoces!

—Sí. Pero lo que no sabes es que voy a casarme a cambio de algo que necesito de él.

—Dinero.

Paula inspiró hondo.

—Ahora,  el  resto.  Empezaré  diciendo  que  no  estoy  orgullosa  de  lo  que  voy  a  decirte.  Pero hasta que no lo confiese, no podré liberarme de la culpa.

— ¿De qué estás hablando?

—No fui del todo sincera cuando te dije que me había recuperado rápidamente de tus insultos. El hecho es que, a causa de tu crueldad conmigo y con Caro, quería vengarme de ti. Cuando me presenté en la oficina de Pedro sin cita previa, estaba preparada para llevar a cabo mi plan.

—Sabía que tenías uno, ¿Cuál era?

—Sé que es lo que parece, pero no. Quiero algo mucho más importante. Por desgracia, buscarte  y  hacer  que  te  enamoraras  de  mí,  la  chica  a  la  que  una  vez  llamaste  bajita,  gorda y fea y de pelo naranja.

—No sabía que te hubiese hecho tanto  daño.

—Eso  fue  porque  creía  que  eras  el  hombre   más  atractivo  e  interesante  que  había  conocido nunca. Estaba loca por tí. Casarme contigo sería la venganza definitiva, pero no había contado con un pequeño detalle.

 - ¿Pedro?

Paula asintió.

—No había imaginado que me gustaría, y mucho menos que me enamoraría de él. Pero lo hice. Esos siete días y siete noches en el barco transformaron mi vida. La verdad es que  lo  adoro,  Fede  —movió  lentamente  la  cabeza—.  Sé  que  todavía  ama  a  Erica, aunque haya decidido no casarse con ella. Qué ironía, ¿Eh?

Después de cierta vacilación, murmuró:

—Lo siento, Paula.

—Yo también lo siento —Paula contuvo un sollozo—. Pero al menos me alegro de que vinieras   a   verme   esta   noche.   Ahora   que   sabes   toda   la   verdad,   espero   que   tus   sentimientos hacia mí sean un poco más amistosos.

—Lo  mismo  te  digo  —se  inclinó  hacia  ella  para  darle  un  beso  en  la  frente  y  luego  se  levantó de la cama—. Buenas noches, Paula.

—Fede—lo   llamó—.   Te   he   contado   todo   como   una   confidencia,   así   que   te   agradecería que no se lo dijeras a nadie.

—Tienes mi palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario